Los gobiernos del mundo y las potencias del mismo se han esforzado por hacernos creer que estamos en una modernidad de progreso y esperanza; en ese sentido no debería haber cabida para ningún tipo de conflicto armado en el que cientos de miles de personas vean mermadas todas sus posibilidades de progreso y donde los niños muchas veces sólo puedan escapar de la guerra y las atrocidades en sus sueños