Sexismo y homofobia en el fútbol: los casos de las arbitras, las DT’s y el árbitro que se asumió gay

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Ojalá avancemos por una senda nueva, donde, desde los hinchas podamos entender que amar a nuestros clubes no significa odiar ni menospreciar a los rivales, mucho menos usando conceptos que segregan a otros por color de piel, país, género, orientación sexual, u otras formas de discriminación comunes y normalizadas.

Por Futbol Rebelde

El objetivo de dar a conocer estas tres historias busca generar conciencia respecto a la normalización del insulto machista, sexista y homófobo en el ambiente del fútbol, tanto en las galerías como en la misma cancha de fútbol.

Muchos se escandalizan por cánticos racistas o fascistas, pero incluso las hinchadas que se declaran de izquierda o antifascistas -sobre todo en Latinoamérica-, realizan múltiples muestras de no cuestionar en nada, el uso del insulto homofóbico y sexista en los gritos y canciones que utilizan para menoscabar al rival de turno.

Ojalá avancemos por una senda nueva, donde, desde los hinchas podamos entender que amar a nuestros clubes no significa odiar ni menospreciar a los rivales, mucho menos usando conceptos que segregan a otros por color de piel, país, género, orientación sexual, u otras formas de discriminación comunes y normalizadas. La lucha por la recuperación de los clubes para sus socios e hinchas también va de la mano de una nueva consciencia social y ética de como miramos y jugamos al fútbol, un deporte donde debemos caber todos los hombres y mujeres, excepto quienes lucran con la recreación y el deporte como un derecho social.

  1. El árbitro que reconoció públicamente su homosexualidad

Jesús Tomillero, árbitro español, fue el primer colegiado que reconoció su homosexualidad, pero que lamentablemente decidió  abandonar el arbitraje tras ser insultado en un campo de fútbol de Cádiz y “ver a toda la grada riendo”.

Tomillero BevaneteTras pitar un penal, hace una par de semanas, ocurrió un hecho que Jesus Tomillero no olvidará nunca. Corría el minuto 47 del Portuense – San Fernando Isleño (en el Puerto de Santa María) y hubo una patada “clarísima” en el área. Inmediatamente surgieron de la grada, blindada por el anonimato, los insultos y el escarnio:

“¡Ese es el maricón que sale por la tele!” “¡Te vas a meter el gol por el culo, maricón de mierda!”, gritó un aficionado del equipo visitante.

Imbéciles hay en todos los estadios del mundo. El problema, cuenta Tomillero, “es que todo el público se reía”. “Eso es lo que más me afectó”. Jesús estaba bastante acostumbrado a escuchar insultos,  antes y después del 26 de marzo pasado, cuando las ofensas reiteradas de un utilero de la Peña Madridista Linense, un equipo de la Segunda División Juvenil Andaluza, le llevaron a interponer una denuncia y asumir públicamente su homosexualidad.

Pero el lunes pasado el colegiado comunicó a la Real Federación Andaluza de Fútbol su retirada como árbitro porque “no aguanta más los insultos”. No le gusta ver el fútbol en la tele, pero arbitrar es (o era) su “mayor pasión”: “Me duele más que nadie”, cuenta desde la cafetería donde trabaja como camarero desde las seis y media de la mañana hasta las tres de la tarde.

Había empezado como árbitro hace una década, con 11 años. No pensaba abandonarlo nunca: en marzo decía que no sentía miedo por el futuro. Sobrestimó su capacidad de resistencia en un entorno desprotegido por las autoridades deportivas.

2.-El caso de las mujeres que arbitran profesionalmente:

Segundo tiempo. Pierna fuerte, viene el pitazo y se cobra falta. “Vete a la cocina”, le reclama el sancionado a Melany Bermejo, árbitra peruana FIFA. Es lo más suave que le han dicho. Como muchas de sus colegas en el mundo, lucha por abrirse paso en esta tarea aún controlada por hombres.

Si bien son centrales en torneos femeninos, la mayoría de árbitras FIFA, como Melany de 37 años, dirigen como máximo partidos de segunda división masculina. Sólo son jueces principales en duelos de reserva. En primera división, lo máximo que consiguen son ser jueces de línea o “cuarto árbitro”.

En América Latina, entre las excepciones están la uruguaya Claudia Umpierrez, que acaba de debutar como árbitro de primera de hombres en febrero de este año, mientras que las venezolanas Emikar Caldera y Yersinia Correa ya lo hacen desde hace unos tres.

Fuera de esta región, apenas figura Gladys Lengwe en Zambia y se espera que Kateryna Monzul pueda hacerlo pronto en Ucrania. El resto aún batalla por seguir ascendiendo.

Primero deben vencer las pruebas de exigencia física que usualmente los varones consiguen superar, sobre todo relacionadas a la velocidad y rendimiento que establecen FIFA y Conmebol. Seguir a Lionel Messi o a Cristiano Ronaldo en un ataque que arranque desde el medio campo, debe ser complicado, aunque no imposible.

“La prueba internacional de varones es muy exigente y lo digo porque la he vivido en carne propia”, explicó a la AFP Bermejo, quien es árbitra hace 10 años y en sus ratos libres enseña educación física en un colegio de Lima.

“El fútbol masculino es más rápido y los futbolistas son más dotados, ya que muchos de ellos comienzan a jugar desde niños”, admite por su parte Loreto Toloza, árbitro asistente de Chile, de 32 años.

La FIFA tiene registradas 720 árbitras (324 jueces principales y 396 asistentes), además de 30 en futsal y 2 en fútbol playa, según datos oficiales del organismo rector. Aunque la de menor número de miembros, la Conmebol es la única confederación cuya totalidad de asociados (10) tiene mujeres réferi en sus filas.

Pero las mujeres aún deben recorrer un largo camino en muchos países. De las 209 federaciones, 60 no tienen en sus filas árbitra alguna, es decir, el 28,7% del total, de acuerdo con los datos de la FIFA.

En México, la primera mujer que dirigió un partido en primera fue Virginia Tovar en 2004. Un debut que se vio opacado cuando el ídolo Cuauhtémoc Blanco le espetó “ponte a lavar platos”.

Tienes que hacer el doble de esfuerzo en comparación a un hombre”, dice Lixy Enríquez, árbitra mexicana asistente, de 42 años. Cuenta que, irónicamente, desde las tribunas quienes más las atacan son las propias mujeres. “Los hombres gritan piropos como: ‘Yo me quiero llevar a la asistente’”, detalla.

La referí argentina Salome Di Lorio, recuerda que la palabra árbitra fue aceptada por la Real Academia Española en 2001. De niña jugaba fútbol y le decían: “¿Qué podés saber de fútbol si sos mujer?”. Así que se cansó y se anotó en un curso de arbitraje, cuenta.

Como jueza se ha enfrentado a escupitajos. Otros avezados jugadores, mientras anotaba los cambios, le pedían también que ‘anote’ sus números de teléfono. Aún está vivo el recuerdo de Florencia Romano, la argentina cuya madre quería que fuera modelo y ella eligió ser árbitro. En 1996 protagonizó una huelga de hambre para exigir su inclusión en la nómina de árbitros profesionales, mientras el entonces presidente del fútbol argentino, Julio Grondona, decía que no era sensato que una mujer arbitre.

También han pasado temor.

“Un jugador se me vino encima por un fallo que no le gustó (…) Siempre está el temor de que algún insensato quiera hacer algo así. Hay que estar lista para correr”, confiesa la nicaragüense Tatiana Guzmán, de 28 años.

3.- Mujeres entrenadoras se abren paso

Isabel Berríos, es en el caso de Chile, una pionera en la lucha de las mujeres por validarse desde el área formativa y técnica dentro del fútbol. Fue la primera mujer en titularse como entrenadora en el Instituto Nacional del Fútbol (INAF), mientras cumplía el rol de ayudante del técnico Osvaldo Hurtado en la selección femenina sub-20, que compitió por uno de los dos cupos para el Mundial de Rusia en el Sudamericano del 2006 en Valparaíso y Viña del Mar.

Isabel Berrios tiene una amplia experiencia en el fútbol, con 18 años como jugadora, y otros tantos como entrenadora de diversas series del fútbol formativo de la Universidad de Chile, siempre ha entregado más que sólo conceptos técnicos, sino también mucho desarrollo socio-afectivo a sus dirigidos y dirigidas. Así es como la recuerdan sus cachorros, por el gran cariño y afecto que les entregaba, tanto en la victoria como en la derrota, ayudándolos a crecer de forma integral.

La Directora Técnica, en una antigua entrevista reconoce algunas diferencias entre los géneros, señalando que con los niños hay esquemas preestablecidos que permiten llevar a cabo un trabajo más especializado, mientras que con las damas se hace un proceso distinto, porque todo lo que se realiza es más fácil en el sentido de que con ellas están recién empezando una etapa de aprendizaje nuevo que les favorece.

Berríos, en la misma entrevista planteaba que se ha sentido discriminada por sus pares, pero que en cierto modo este hecho le ha favorecido, porque:

“Tengo que perfeccionarme, prepararme y leer más que los hombres; debo doblegar los esfuerzos y así me puedo ir haciendo una mejor profesional”.

Además, se ha dado cuenta de que muchos entrenadores la han ignorado, y cuenta como anécdota que:

“Ha habido ocasiones en que hemos tenido partidos con los cadetes y los profesores rivales saludaban a todos, menos a mí, pero cuando les ganaba y se despedían, ahí me tomaban en cuenta”.

Isabel Berrios, durante los últimos años dirigió a las sub 13 del club, durante el 2015 al equipo femenino adulto, que juega en la Primera División profesional. A día de hoy sigue ligada a Universidad de Chile, como parte del Área Técnica de la Escuela Matriz del Centro Deportivo Azul (CDA), como profesora de dicha escuela.

En Mayo 2014, la portuguesa Helena Costa, fue la primera mujer que entrenó un club de fútbol profesional, fue presentada por el Clermont (segunda división francesa) y en ese momento señaló que no tenía “miedo” del reto que afrontaba.

“No tengo miedo. Si pensara que no soy capaz o si pensara que no seré aceptada por los jugadores, no estaría aquí”, afirmó la entrenadora de 36 años.

Pero Helena nunca llegó a debutar. La portuguesa renunció sin haber dirigido un partido, luego de denunciar actitudes machistas y ser usada como una cara para atraer publicidad.

Pero a fines de junio, en el mismo Clermont, fue otra mujer la que tomó las riendas del equipo. La francesa Corinne Diacre, quien sí se convirtió en la primera mujer en entrenar un equipo de fútbol profesional masculino en cancha, contra el Brest, en un duelo correspondiente a la Ligue 2, la segunda división de Francia.

Al 2016, Corinne continua al mando del Clermont y su club culminó séptimo en la clasificación de la segunda división francesa.

Chan Yuen-tingA fines del mes de Abril, ocurrió un hecho histórico, Chan Yuen-ting, fue la primera mujer en coronarse campeona como DT en el fútbol masculino.

A Chan Yuen-ting, sus padres le hacían sentir su malestar por verla dentro de una cancha de fútbol. No obstante, la asiática venció la barrera familiar con tenacidad, llegó a jugar en la selección de Hong Kong mientras estudiaba geografía y ahora, acabó por completo los prejuicios al convertirse en la primera entrenadora en ganar una liga masculina de Primera División. La vuelta olímpica fue con Eastern Sport Club, que se consagró a una jornada del final del torneo, tras imponerse por 2-1 al South China.

Chan Yuen-ting, de 27 años, fue contratada en diciembre del año pasado y casi cinco meses después celebra el título, el quinto del club en la liga de Hong Kong, un certamen independiente del resto de China. Con la entrenadora como guía y cuatro futbolistas brasileños y dos australianos en el plantel, el conjunto del popular barrio de Mongkok, al sudoeste del país, quebró una sequía de once años sin campeonar.

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