La verdad también me preocupa la doble moral que tenemos, por ejemplo, si Donald Trump habla mal de los mexicanos que viven de manera ilegal en Estados Unidos explotamos; coloquialmente algunos dirían, “la armamos de pedo”.

Por Carlos Galena / @Caalgaba93

No conozco a fondo los temas relacionados a la migración. Desconozco cómo se manejan algunas cosas, afortunadamente tengo amigos/as que estudian este fenómeno (y han vivido) mejor que yo, tanto en los textos como en algunas vías del tren conocido como “La Bestia”.

Al parecer los asuntos migratorios los escuchamos todos los días pero en un contexto internacional. Tal vez cuando caminamos por las calles lo vemos frente a nuestros ojos pero por falta de sensibilidad o de información nuestras miradas se oscurecen y evitan darnos cuenta de la realidad.

La verdad también me preocupa la doble moral que tenemos, por ejemplo, si Donald Trump habla mal de los mexicanos que viven de manera ilegal en Estados Unidos explotamos; coloquialmente algunos dirían, “la armamos de pedo”.

No sé si se enteraron pero este fin de semana se inauguró el Centro de Protección Internacional para Adolescentes en el Camino, el nuevo albergue de la Ciudad de México que coordina el padre Alejandro Solalinde; la apertura fue transmitida a través de Periscope. El evento se veía austero y tranquilo. De pronto algo no encajaba, se escuchaban gritos. Eran personas que aseguraban llevar viviendo más de treinta y cincuenta años en la delegación Azcapotzalco, lugar donde se ubica el inmueble.

Los manifestantes decían que no estaban de acuerdo con la inauguración de este lugar, no quería -quieren- que 25 jóvenes proveniente de Centroamérica de entre 14 y 17 años habiten cerca de ellos.

Durante el evento estuvo el exjefe de gobierno Cuauhtémoc Cárdenas, al cual le gritaron que “aprovechando que era dueño de la mitad de Michoacán se los llevara para aquél estado” ; él sólo respondió “hágamela buena”.

Después, se armaron los golpes entre un vecino que estaba a favor de la inauguración del albergue y otro que estaba en contra.

El evento ya no fue en la vía pública, tuvo que hacerse  a puerta cerrada. El padre Solalinde dijo que no era culpa de los vecinos, sino del país paranoico en el que vivimos.

Dentro del evento algunos inconformes siguieron increpando al sacerdote, aseguraron tener miedo porque con la llegada de “gente sin papeles” la violencia y la delincuencia podría incrementar en la zona, dijeron que ya era suficiente con los mexicanos.

Las personas que iban a comenzar a vivir ahí tomaron la palabra y aseguraron que ellos sólo quieren mejorar su calidad de vida, que no son delincuentes ni tienen problemas de adicción.

Sí, esto pasó en México, el país donde muchos paisanos se van a Estados Unidos y también son discriminados. Estoy seguro que si esto hubiera pasado en aquél país y los medios lo hubieran difundido ahorita nos estaríamos dando golpes de pecho, estaría siendo tendencia en twitter, pero no, esto pasó en la capital de México y discriminando a personas centroamericanas.

No quiero sonar “mocho”, pero en una parte de la transmisión Solalinde recordó a las personas cristianas que temían por su seguridad ante la llegada de los y las migrantes que Jesucristo estuvo en una situación similar, que José y María también caminaron en busca de asilo. En pocas palabras les dijo hipócritas y católicos del siglo pasado, por eso les invitó a recapacitar.

P.D. ¿Se acuerdan que hace algunos años una diputada de Veracruz aseguró que los albergues para migrantes sólo hacen que aumente la violencia?, bueno, ahora entendemos mejor porque el país está estancado con su malhumor social.

P.D.2: Perdón por el título de esta publicación, pero eso es lo que muchos mexicanos piensan; algunos otros antes lo pensábamos por ignorancia y desconocimiento.

Nos leemos luego, nos vemos después.

“Sé que muchos no me quieren por aquí, pero no hay trabajo don yo nací”