Por Carlos Galeana / @Caalgaba93

“No se dice ler, se dice leer”, fue la frase con la que una niña corrigió al secretario de educación pública, Aurelio Nuño en un evento, tras pronunciar mal la palabra leer; ¿qué pasó después?, todo se descontroló, memes, tuits, estados en facebook y pláticas de pasillo hacían burla de tremenda situación; algunos medios vendieron la nota con éxito; les generó muchos clics e interacciones en redes.

Sé que Aurelio Nuño es una persona que no agrada a todos los mexicanos, sobretodo a los maestros y maestras disidentes de estados como Oaxaca, Guerrero y Michoacán, pero, la verdad, pienso que este tipo de noticias a veces ganan reflectores de más, tal vez representan el mundo superficial en el que vivimos.

De un día para otros todos comenzamos a rompernos las vestiduras, lloramos de la risa debido a los memes, y hasta agregamos frases como “Nuño es un pendejo”, “una pinche niñita sabe más que él”, “no mames, maldito gobierno, suspendió a la niña que corrgió al secretario de educación (la nota fue falsa)”, “Estúpida, mi pelo idiota”.

Creo que esta situación debería ponernos a reflexionar sobre nuestra educación y vida como ciudadanos; por ejemplo, ya que hablamos de “ler”, recordemos que mientras en Alemania una persona  lee en promedio más de 12 libros al año, en nuestro país apenas alcanzamos los 2.9 por habitante, ¡CHALE!,

Mejor cerremos los ojos y pensemos en lo que queremos o necesitamos para evitar este tipo de situaciones, ¿no?

P.D: Si vamos a comenzar a burlarnos de los errores de dicción de algunos personajes, casi ningún funcionario público sería de nuestro agrado; lo bueno que algunos están en prisión, prófugos, en campaña o disfrutando de alguna pensión, ¡PLOP!

Sicierto, mejor me voy a ler… el tarot, aunque sea.

Nos “lemos” luego, nos vemos después.