El “Buen Trueque” para un nuevo comienzo

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Por Andrés Pichardo de La Coperacha

Vivimos tiempos turbulentos, nadie lo niega; el escenario económico nacional que depende del internacional –y más que ningún otro país, de la economía de Estados Unidos- está, como diría mi abuela patas pa´rriba. El peso se devalúa aún más y con esto nuestra idea de calidad de vida.

Pareciera que nos hemos acostumbrado a que las cosas vayan mal, inmersos en una crisis permanente, los mexicanos nos hemos generado una especie de inmunidad hacia la opresión y la desigualdad que genera éste sistema económico llamado Capitalista. Marchamos, firmamos causas y nos desahogamos en las redes sociales, (como lo hago yo en éste momento), pero el agua a nuestro derredor sube de nivel sexenio con sexenio, y así, ni despojos, privatizaciones, reformas, desapariciones o masacres han podido hacer despertar del todo a ésta nación.

Existen muchos movimientos y levantamientos organizados, sobre todo de bases indígenas, como las caracolas zapatistas de Chiapas, siendo el ejemplo más reciente el poblado de Cherán, Michoacán, que logró sacar tanto a criminales oficiales, como a partidos y empresas abusivas externas, y después construir su propia política y economía. Pero fuera de eso, no hemos logrado trascender la indignación y la rabia en una organización horizontal eficiente.

Sistema económico

El sistema nos enferma con sus medicamentos sintéticos, ciertas vacunas como la gripe estacional o el papiloma humano (VPH) que conllevan un riesgo mayor que el supuesto beneficio, así como alimentos procesados, etc. Y para no darnos cuenta, nos distrae con sus ofertas y ventas de oportunidad, por un lado, y con sus noticias sangrientas y pesimistas, exagerando epidemias y catástrofes para aumentar su audiencia, pero que también nos sumen en un estado de insensibilidad y depresión colectiva que nos paraliza.

Las empresas norteamericanas, ávidas de ganancias, inventan la estrategia mercadológica del Buen Fin, creando de la nada otra fecha de alto consumo y justo antes de la más fuerte del año, Navidad. Para seducirnos a gastar nuestros devaluados pesos en productos con descuento, pero que no se tenían contemplados, y por lo mismo resultan caros a largo plazo, pues afectan los bolsillos de las familias trabajadoras.

Así es como les servimos: enfermos, distraídos, pasivos y endeudados. Porque si estamos alegres, será más fácil estar activos y enfocarnos en resolver nuestros problemas. En lugar de dejar que alguien más lo haga. Así nos daremos cuenta que no necesitamos consumir tanta basura y que es preferible construir nuestra vida que adquirir una comprada.

Por eso, convencido de que nos hace falta un empujón para despertar, sostengo que un suceso como la elección del más racista, machista y ególatra de los candidatos a la presidencia que jamás haya tenido Estados Unidos, puede no ser lo peor. Éste hecho, puede marcar el inicio de la caída del imperio, pero lo que sí es un hecho, es la enorme oportunidad que nos brinda de tomar las riendas de nuestra economía, pero no esperando que el gobierno tome medidas para fortalecerla, sino, actuando desde abajo para voltearnos a ver unos a otros y valorar nuestro trabajo que tanto hemos despreciado eligiendo lo importado con el mito de que todo lo americano es mejor.

Transformar la frustración en esfuerzo

Hoy más que nunca podemos aprovechar éste momento para transformar frustración en esfuerzo, rabia en trabajo y pesimismo en unidad. Se preguntarán, ¿cómo el trueque puede contribuir a combatir esta crisis?. Pues haciendo palpable el poder que tiene la convivencia humana y la negociación para lograr el beneficio mutuo y tejer relaciones duraderas basadas en la confianza. Quizás por eso ha sido en momentos de crisis una herramienta de supervivencia para muchos países que encontraron en el trueque su medio para satisfacer sus necesidades, siendo una fundamental y ausente en el sistema económico actual: el apoyo emocional.

Este es un buen momento para buscar en casa eso que espera ser compartido y poner una mesa de Don o hacer trueque, organizar una Gratiferia y ayudando a otros ejercitando el desprendimiento. Esto ayuda a romper la inercia que tenemos a comprar y venderlo todo, y comenzar a pensar en términos de necesidades reales y en función de éstas, definir el valor real de los objetos, los alimentos y de nuestro tiempo.

Hace falta hacer un alto y reflexionar sobre todo lo que estamos detonando con nuestro consumo cotidiano. Como suele ser una guerra al poner nuestros ahorros en algún banco que invierte en armamento, la desnutrición de una familia chiapaneca que se ve forzada a comprar refresco en lugar de agua, ya que es más barato, como consecuencia de que esta empresa sobreexplotó los acuíferos con tal de producir nuestra bebida “de la felicidad”; tal vez estemos financiando la esclavitud de niños mineros y la contaminación de millones de litros de agua al comprar un inofensivo anillo de oro o diamantes.

También la extinción de insectos de abejas, de las que casualmente depende nuestra prevalencia sobre la Tierra en cada fruta o verdura que ha sido fumigada. Aquí es donde todo se relaciona y confluye en un tema: consumo consciente, porque sólo si hacemos un ejercicio de observar, investigar y ser conscientes de esto, podremos valorar la producción local, los alimentos orgánicos, lo artesanal, etc.

Buen Trueque 2016

En 2012, un grupo de estudiantes de Guadalajara, (entre ellos, un servidor) conformaron la Red de Economía Solidaria y uno de sus proyectos fue un evento encaminado a visibilizar las actividades solidarias de trueque y donaciones en el país: el primer Buen Trueque, por iniciativa de mi amigo Eduardo Aguilar, quien además coordina hasta la fecha ésta Red.

Cinco años más tarde, los distintos grupos organizados de la sociedad a lo largo y ancho del país que lo han hecho posible, autodenominados como “Colectivos de Economías Alternativas de México”, siguen más activos que nunca. Con charlas, proyecciones de películas, mesas de donación de suéteres, libros, música, plantas, etc.; intercambio de servicios, semillas, alimentos y más. Música en vivo, obras de teatro, performances, tianguis de trueque, etc. ya sea en escuelas, tianguis alternativos, centros culturales, plazas públicas y jardines de 11 ciudades hasta el momento.

El tema central del Buen Trueque 2016 es “Todos somos Prosumidores”, para promover el concepto acuñado por Alvin Toffler en su libro La Tercera Ola, animando a las personas a producir, no sólo a ser consumidores, es decir a convertirse en Prosumidores. Invitamos éste año a la gente para que produzca o cultive algo y lo comparta en las redes sociales con los Hashtag #Yosoyprosumidor seguido de #Buentrueque2016

Es a través de estas estrategias, apoyadas de la tecnología empleada conscientemente en contextos críticos como éste, que podemos demostrar que somos capaces de tejer lazos, porque únicamente si lo hacemos juntos, es que podremos salir del atolladero. Tal vez no cambiemos la economía nacional del próximo año, pero sí estaremos incidiendo en nuestro entorno inmediato de manera autogestiva y solidaria, para pintar el mapa de renovadas esperanzas y seguir construyendo el México que merecemos. Gracias por compartir y apoyar éste #Buentrueque2016.

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