¡La riqueza es nuestra, el dinero es de ellos!

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Por Iván Uranga de La Coperacha

Durante décadas han hecho creer que el dinero es la fuente de sobrevivencia y riqueza. Esta dependencia ha posicionado al dólar (y sus derivados) como el dios todopoderoso, su acumulación es sinónimo de riqueza, se le ha dado poder sobre hambre, educación, salud, dignidad humana, esto ha generado que millones de seres humanos “sueñen” tenerlo.

Pero el dinero no es riqueza, es sólo instrumento “legal” para el intercambio de bienes y servicios, que por su característica de “legal” es producido y administrado por quienes ostentan el poder económico, político y social, mismos que han llevado a través de la brutalidad al planeta y a todos sus habitantes al límite del extermino (en la historia de la humanidad, nunca ha “ganado” el poder el más inteligente, sabio o culto, siempre se ha impuesto el más fuerte).

¿Pero qué es la riqueza real?

La riqueza es la tierra, el agua, el aire, el sol, la cultura, los alimentos (no la comida), ésta es parte de los territorios de todos los pueblos, es nuestra responsabilidad resistir y pasar de la resistencia a la construcción del mundo bueno. Lo primero es dejar de ser cómplices de su destrucción, no sigamos cayendo en la tentación del consumo irresponsable, por tener objetos innecesarios para vivir.

Analicemos y reconceptualicemos cada una de las cosas que damos “por ciertas”, nuestra forma de consumo, nuestra forma de relacionarnos, de ver, sentir y percibir todo nuestro entorno.

Necesitamos romper con todos los paradigmas impuestos, cada uno debe construir un paradigma de repuesto para el bien vivir, dejar de educar y comenzar a aprender.

Ahora que el neo-post-nazismo asumirá el poder en Estados Unidos, saltan las señales de alarma en todos los pueblos, millones serán deportados a sus tierras, este hecho que debiera provocar gran algarabía -porque regresa el talento para construir vida- provoca temor.

Para el sistema, dejamos de ser personas para ser sólo consumidores; todas las políticas públicas fortalecen ésta idea, todos los medios de comunicación se esmeran en inducir la necesidad de consumir productos chatarra, que sólo son placebos para mitigar la soledad colectiva, ausencia de espíritu y dignidad humana causada por falta de consciencia.

Debemos organizarnos creando autonomías regionales, consumiendo lo que producimos. Los “Economísticos” (aquellos que creen en la mística de la economía responsable y solidaria) a través de programas de Agroecología Campes-India, Permacultura, Cooperativas, Trueque y Monedas Comunitarias (como el Túmin) hemos demostrado que tenemos el conocimiento, la habilidad y la fuerza para ser autónomos y autogestivos.

No necesitamos poseer nada, pero somos tutores innegables de la Tierra, cultivémosla con respeto, inteligencia, ternura y dignidad (necesitamos menos de 400m2 de tierra por persona para producir el 100% de lo necesario para vivir).

La autonomía alimentaria, económica y política es la única opción de vida digna. Dejemos de prostituir la riqueza a cambio de papel.

Cualquier región del mundo tiene lo necesario para vivir dignamente y sin dinero, pero con mucha organización, ternura y dignidad; y por supuesto, sin partidos políticos.

* La presente colaboración es un adelanto del libro “Un paradigma de Repuesto” por una sociedad solidaria, del socio tumista, Iván Uranga. Las investigaciones que lo conforman han sido presentadas y debatidas en diversos foros sociales y académicos.

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