La route des huachicol

combustible robado

Por Juan Manuel Aguirre / @Aguirreq

Así como en algunas ciudades y poblaciones se han implementado rutas turísticas que nos llevan a conocer los puntos más interesantes que se encuentran en una región relativamente cercana, Puebla cuenta desde hace algunos años con (sarcasmo activado) la Ruta del Huachicol, una de las obras más importantes del sexenio anterior y, por mucho, la menos anunciada.

La práctica de extraer hidrocarburos ilegalmente desde las tuberías de PEMEX, o folclóricamente llamado huachicol es un fenómeno recurrente en el estado de Puebla. Hoy el estado cuenta con la franja del huachicol que empieza en los límites con Veracruz, por los municipios de Esperanza y Atzitzintla y se extiende hacia el oeste hasta llegar a San Martín Texmelucan. Consiste en una ruta de 27 municipios con un atractivo particular por su actividad delictiva, entre los que destacan Tepeaca, Palmar de Bravo y Acajete.

Con un total de 3,218 tomas clandestinas en el estado, Puebla es el principal contribuyente de una industria de 21 mil millones de pesos de ilegales en el territorio nacional cada año.

Poblaciones enteras, policías (Amozoc), agentes del MP , y hasta un secretario de Seguridad Pública del Estado de Puebla (Facundo Rosas), han estado involucrados en el robo de combustible, generando, además de las cuantiosas pérdidas económicas, riesgos para la población, asociación delictiva comunitaria y crímenes como homicidio, secuestro y linchamiento, con sus respectivos vínculos con los cárteles de los Zetas y el Golfo.

Aparte del “reportaje turístico”, quiero aportar con la discusión del problema reflexionando ¿por qué está pasando este fenómeno y por qué en esta magnitud tan preocupante? Ahora, el problema es tan complicado que no podría tratarlo todo en una columna, pero sí quisiera poner sobre la mesa algo de contexto de la realidad de los municipios involucrados (¿o que se han visto orillados?), tomando como ejemplo, sólo para ilustrar, el caso de Tepeaca, el municipio con mayor concentración de tomas clandestinas: cerca de 352.

Seamos directos, en Tepeaca el 55% de las personas son pobres moderados y 18% son pobres extremos, es decir, 73% son pobres. Paradójicamente es uno de los municipios “menos peores” en términos de PIB en el estado, ¡es increíble! Es aquí donde te pido considerar y reflexionar, fuera de la evidente carencia de procuración de seguridad y justicia, las siguientes preguntas: ¿es tajantemente culpable una población donde 3 de cada 4 son pobres?, ¿qué han hecho los últimos gobiernos para atender los problemas de raíz?, ¿nos pudimos ahorrar puentes, luces o ruedas de la fortuna para atender esta necesidad?, ¿cómo es posible que estando tan cerca de una ciudad “Top 10” en términos de PIB como lo es Puebla capital, la gente tenga que arriesgar su vida y la de sus familias para ganarse los básico para una vida digna?

El énfasis que quiero hacer es que la cosa no se reduce a un tema de malos que se roban el combustible y de buenos (pero distraídos) que tienen que asegurarse de hacer valer la ley. Personalmente sostengo que es un problema más profundo y de naturaleza económica, un problema de ineficiencia del gasto público, en un estado donde hay recursos económicos pero donde invertir en educación y generación de empleo no asegura el mismo número de votos (rendimiento político) que las obras innecesarias y costosas de la capital.

Fotografía tomada de Vanguardia

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