El museo que no tiene mucho de barroco pero sí mucho de saqueo

Museo Internacional Barroco Puebla

Por Renata Bermúdez / @Renbyh

No habrá nación ni gente tan peregrina en el mundo cuya noticia no haya llegado la fama de la Puebla de los ángeles… celebrada en historias, delineada en mapas, copiada en pinturas y notada de todos los geógrafos en sus tablas.

Fray Juan Villa Sánchez, 1746

Esta es una de las inscripciones que se pueden encontrar en el Museo Internacional del Barroco de la Ciudad de Puebla, mismo que visité el viernes pasado motivada por la curiosidad de todos aquellos que suben sus fotos a Instagram.

Cabe recordar que durante su proceso de construcción y posterior montaje muchas noticias se cernieron sobre él, las quejas no se hicieron esperar, primero por el costo del inmueble y después por las colecciones que albergaría.

Para sacarme de dudas entré, y cuál sería mi sorpresa al encontrar un museo interactivo en su primera sala, donde proyectan cúpulas de diferentes templos barrocos, incluyendo la Capilla del Rosario y Santa María Tonantzintla, y como poblano uno se pregunta ¿era necesario proyectar las cúpulas de las iglesias que se encuentran en el centro histórico o a las afueras de la ciudad? Primera anotación: Bauman tenía razón, el arte también se vuelve líquido.

Las posteriores salas muestran algunas colecciones barrocas que no son propias del museo, sino que son de otros como el Franz Meyer, libros de la Biblioteca Palafoxiana, San Pedro Museo de Arte, incluso de la colección privada, PRIVADA de José Luis Bello y Zetina, quien fuera un empresario poblano y quien al morir su único hijo, decidió poner sus bienes abiertos al público en general. Las galerías del Museo Bello no tienen costo al público, cuestión que contrasta con los $80 que se pagan por entrar al MIB.

Puebla es una ciudad majestuosa, cuyas construcciones datan del esplendor del barroco mestizo que se acuñó en México, caminar por el centro histórico de la ciudad nos envuelve en una atmósfera cultural en sus calles adoquinadas, sus casas con múltiples fachadas, sus iglesias, su gente ¿era necesario desmembrar museos para complacer el capricho de un presidenciable? Puebla tiene riquezas culturales y patrimoniales que van mucho más allá de una construcción de un arquitecto japonés. La cultura andante de Puebla es imposible contenerla en un recinto de colecciones parchadas, si eres poblano no vayas al museo, y si vienes de visita ¡MENOS!

Dicen que nuestra ciudad fue trazada con hilos de oro en un sueño, que las campanas de su catedral fueron elevadas por ángeles, nuestra ciudad es barroca desde su nacimiento, conjuga el cosmopolitismo de su época con el indigenismo que no se fue, lo histórico con lo moderno, y es mucho más que su clase política. Amemos Puebla, amemos la nuestra ciudad, conozcámosla, disfrutémosla, caminémosla y fomentemos su cultura que no está en ese museo, sino en su centro histórico, en Cholula, en Cuetzalan, en Zacatlán, Zacapoaxtla, Ciudad Serdán… y otros tantos municipios con sus templos, su comida, sus canciones, su gente. ¡Enamórate de Puebla!

Las opiniones expresadas en la sección “Opinión” son responsabilidad del autor/a. En Manatí somos un sitio abierto a distintas expresiones.

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