Margarita: negrita de mis pesares

Margarita

Por Renata Bermúdez / @Renbyh

Crecí viendo como el rebozo era el signo de la femineidad mexicana, mi abuela no usaba otra cosa en invierno que no fuera un suéter y un rebozo de múltiples colores y formas, ella fue una mujer que vivió en el piso del desarrollo social, más tarde fue migrante de su pueblo a la ciudad de Puebla, sabía que el rebozo era más que una prenda era el signo de la mujer fuerte y trabajadora. Después vi como mi madre lo usaba como un símbolo propio de sus raíces pueblerinas y de su estilo en la ciudad, más que una moda como un homenaje a sus orígenes.

Uno de los primeros recuerdos que tengo de Margarita Zavala fue ataviada con su rebozo de seda y un traje sastre palo de rosa, recordándome aquellas imágenes de mi madre y mi abuela vestidas de esa manera; mi madre estaba entusiasmadísima de ver a una primera dama con una prenda totalmente mexicana, algo que no se había visto desde los 70 con María Esther Zuno, esposa de Echeverría.

Con el paso del sexenio, ella hizo del rebozo su distintivo personal y de la migración internacional casi una misión de su vida, protección a los derechos de los niños y niñas no acompañados, la reunificación familiar, con ello haciéndose una persona a la cual empecé a admirar. Años después tuve la oportunidad de conocer a la mujer que para mí, fue más que una primera dama; para mí es una mujer que sabe cómo amar a una nación a través del servicio público, de su forma de vestir y de sus investigaciones. Tenderle la mano y tomarme con ella una fotografía hizo que mi admiración se profundizara y que yo anhelara poder votar un día por ella.

Lamentablemente, no me parece que renunciar a su partido, al que le entregó su vida, su tiempo y su juventud sea una de sus mejores decisiones ya que muestra a un  PAN fragmentado y libre para aquellos que han secuestrado a la institución.

La democracia atraviesa una crisis partidistas que se demuestra con sus cientos de candidatos independientes para la presidencia de la república. Pasquino en una vista a la universidad, expresó “los partidos son el vehículo de los candidatos a los cargos, si de pronto existen muchos candidatos independientes, eventualmente, crearán un partido de los independientes”.

La decisión de Zavala, provocará votos fragmentados, que unirán minorías, pero no lo suficientemente fuertes para llevarlos a ganar una presidencia; los que no quieren que gane Andrés Manuel, tratarán de hacer un voto útil para aquel que sea el candidato más fuerte, quizá, volcando el voto hacia el PRI, si es que el PAN no posiciona a alguien fuerte. Tal vez, ni siquiera el ganador sea Anaya, sino Moreno Valle y como me lo prometí un día: Margarita sería la única por la cual yo volvería a votar por el PAN, hoy, me lo pienso dos veces, quiero ejercer un voto útil. Margarita puede ser una excelente candidata, lo cual no significa que pueda serlo como gobernante, pues el estigma de su marido, sigue latente, constante y sonante.  

Los textos publicados en la sección “Opinión” son responsabilidad del autor/a y no necesariamente reflejan la línea editorial de Manatí.

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