Espacios culturales y de entretenimiento, los otros afectados del sismo

Simos cultura puebla

Por Carlos Galeana / @CarlosGaleanaB

Después de las 13:14 horas del 19 de septiembre de 2017 nada volvió a ser igual, menos para la escena cultural de Puebla.

Colectivos de artistas, editoriales independientes y algunos foros ubicados en el centro tuvieron que migrar o cerrar sus puertas.

Estamos tristes ha sido muy difícil todo, me dice Andrea Aldana a través de un mensaje.

Ella es integrante de Zónica, una productora poblana que además de ofrecer distintos servicios a músicos contaba con un espacio en la calle  3 poniente #304 del Centro Histórico en el que también realizaban eventos para fomentar el talento y consumo local.

“Perdimos todo, el espacio que construimos con mucho esfuerzo, la banda perdió un lugar para ensayar en el centro de la ciudad, un espacio común que alberga diversos proyectos”.

Comunicado de Zónica días después del sismo.

A pesar de no tener un lugar físico continúan gestionando y realizando eventos en alianza con otros foros como el Beat 803.

Nuestro mayor reto ahora es conseguir un espacio con las características de nuestras necesidades; después del sismo se han incrementado los costos de renta.

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En la calle 5 oriente número 1420 se encontraba Ediciones Ají, una pequeña editorial que surgió para impulsar a autores que no tienen acceso a las editoriales comerciales e institucionales.

Durante el sismo la fachada del taller se fracturó. Después vinieron las lluvias; por la humedad y el agua que entraba a la casa, su materia prima, como el papel y la madera comenzaron a llenarse de hongos y a perder su color. Tuvieron que abandonar el lugar.

La zona centro de Puebla cambió después del temblor, primero porque casi todos los dueños de casona decían que no había dinero para la reparación. Tal vez hoy el reto es volver a dar lata en el ámbito independiente, pues muchos espacios donde se hacía cultura autogestiva se fueron. comenta Isis Samaniego, una de las fundadoras de la editorial.

Para Ají, los jóvenes y los trabajadores de la cultura independiente fueron los que perdieron más.

Ojalá y muy pronto regresen los colectivos al centro histórico pues hace falta contrapeso para la nueva administración, además es importante que haya voces disidentes que promuevan desde afuera la cultura para no esperar a que el gobierno resuelva y diga cómo se moverá la cultura en las calles y en los barrios.

Fotografía de Claudia Pablo en la que se muestra un libro de Ediciones Ají

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El martes 3 de noviembre a las 8 de la noche, la cafetería Etcétera, espacio experimental, tuvo que cerrar, sin embargo, fue hasta el martes 9 de enero cuando decidieron publicar en redes sociales los motivos.

¿Por qué cerraron?
La respuesta podía ser una fecha, como un 19 de septiembre con su tierra trepidante y sus muros agrietados; podía ser un país en dónde cualquier esfuerzo de economía recíproca corre el riesgo de ser sofocado por un capitalismo que no tolera que alguien no explote, engañe o abuse para tener un margen de ganancia; podría ser una condición humana complicada que al hacer comunidad aflora la maravilla de lograr construir algo juntos y a la vez suda los dolores una realidad mutilada por clases, géneros, generaciones, ideologías, historia. Tal vez sea un poco de todo. Tal vez también tuvo que ver una ciudad con el alma maltrecha, colonizada todavía por un imperio que ya no existe pero que aún oprime y acompleja, una ciudad en la que la violencia que calla puede ser todavía más brutal que la que revelan los cadáveres que se han vuelto inocultables, se leía en su página de Facebook.

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