Por Carlos Pérez / @ShagGol
Durante 2017, la incidencia de corrupción en México fue de 25 mil 541 delitos por cada 100 mil habitantes, cifra 230% más alta a la tasa de incidencia de robos en la calle o transporte público que en ese mismo año fue de 11 mil 81 crímenes, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Además, según los estudios del instituto, el número de personas adultas que ha sufrido algún acto de corrupción en el país aumentó de 3.6 millones en 2013 a 5.2 millones en 2017.
No obstante, Puebla fue el segundo estado con el menor número de prevalencia de corrupción con 9.6% de ciudadanos que han sido víctimas, sólo por arriba de Guanajuato que tiene una tasa de 9.0%. Mientras que en la Ciudad de México -entidad con el porcentaje más alto- fue de 20.1%.
En otras palabras, un poblano tiene dos veces menos probabilidad de ser víctima de un corrupto que un capitalino.
Si nos enfocamos en el tipo de trámite o servicio en el que se presenta con mayor frecuencia la corrupción, seguro que adivinas cuál es ¿verdad? Exacto, en la interacción con autoridades de seguridad pública y en los trámites relacionados con el acceso a la justicia.
Si esos trámites los separamos según el nivel de gobierno, el promedio nacional muestra que las autoridades estatales son las que tienen una mayor prevalencia de corrupción, comparadas con las federales o municipales.