Con la finalidad de demostrar el exceso de espacio público que se destina a los automóviles particulares, diversas organizaciones como A Pata, Auto Traffic y
Tras los recorridos, los participantes llegaron a la conclusión que las calles de Puebla no ofrecen seguridad –ni vial, ni personal-, conectividad, accesibilidad, legibilidad y mucho menos confort o aspectos estéticos que les permita identificarse con su ciudad. Es decir, la calle, que supuestamente es de todos, es un espacio que segrega, condiciona y dificulta nuestras vidas, aseveración que podría parecer exagerada, pero hay que pensar más allá
Andar por las calles de una ciudad abre nuestra mente, la dota de una percepción que nos lleva incluso a pensar sobre el papel que éstas juegan en el hilado de relaciones humanas