Estamos frente a dos líderes religiosos que promueven el ecumenismo y que además lo vivieron y nos lo mostraron
Por Renata Bermúdez / @Renbyh
El pasado 12 de febrero, vivimos un hito histórico y es que a casi un milenio, fuimos testigos de la reunión del Papa Francisco y el patriarca Kirill. La reunión fue en parte obra del destino, pues el Patriarca tenía planeado viajar a Cuba en las mismas fechas que el Papa a México; además, pese a que Cuba fue una nación declaradamente atea, ostenta una posición geopolítica importante y sobre todo, neutral, pese a que por mucho tiempo sostuvo relaciones diplomáticas con la Rusia Comunista.
Gran parte del conflicto tiene que ver con la división del Imperio Romano (Oriente y Occidente), se tuvieron desacuerdos teológicos, culturales y también la jerarquía fue un tema de debate, el Papa es la máxima autoridad de los católicos, mientras que los ortodoxos pugnan por una igualdad entre los patriarcas.
Y como no todo es Francisco, revisemos el recorrido de Kirill en América Latina; la primera parada fue en Cuba, donde pudo celebrar una Divina Liturgia en la Catedral de Nuestra Señora de Kazán, es importante resaltar que Cuba posee una minoría de ortodoxos rusos, a esta celebración asistió Raúl Castro y casi todo su gabinete. Además, sacaron de la congeladora a Fidel, quien se reunió con el Patriarca luego de casi ocho años.
Uno de los objetivos del Patriarca fue rendir un homenaje a los migrantes rusos en Latinoamérica, mismo que realizó en Paraguay, donde también se reunió con el presidente Horacio Cartes. Asistió al Cementerio de la Recoleta, al área destinada a los ortodoxos rusos, sobre todo a aquellos caídos durante la Guerra del Chaco. Aprovechó también para externar su desacuerdo con los ataques terroristas y pidió que la seguridad de las distintas naciones realicen actos conjuntos para frenar el genocidio de hoy.
El Patriarca, que también es conocido por su relación estrecha con el presidente Vladimir Putin, externó su inquietud por hacer más sólida la diplomacia de América Latina con Rusia, en temas de comercio y explotación de los recursos naturales, a fin de evitar “errores en el futuro”.
Presenciamos un momento que le dará un vuelco a la historia, no sólo porque estamos frente a dos líderes religiosos que promueven el ecumenismo y que además lo vivieron y nos lo mostraron; que lo realizaron en Cuba, cuyas implicaciones históricas se han transformado notoriamente, y sobre todo que paralelamente dos jerarcas europeos visitaron de manera apostólica el continente Americano. La historia se está escribiendo y somos parte de ella.
