Legisladores de Brasil aprobaron llevar a juicio político a la presidente Dilma Rousseff, por lo que podría ser el segundo mandatario en ser destituido en esa nación en 24 años.
En 1992, el expresidente Fernando Collor salió del gobierno tras sufrir un proceso de impeachment por corrupción.
Esta ocasión, se acusa al Ejecutivo de maniobras fiscales en el cierre de 2014 y 2015, que le habrían servido para maquillar las cuentas al retrasar el pago de préstamos del Gobierno a bancos públicos. Según los juristas, esta operación permitió que el gobierno no mostrara a la sociedad que la situación fiscal era peor de lo que decían las estadísticas oficiales en el año electoral de 2014.
El gobierno de Dilma se defiendió diciendo que no cometió ningún delito de responsabilidad, que en todos los gobiernos anteriores se había cometido ese tipo de maquillaje de cuentas para intentar encajar presupuestos, y que sólo a ella se la juzgaría por eso.
El caso de Brasil es, junto al de Guatemala, de los más recientes en que sus mandatarios son destituidos de su cargo.
Otto Perez Molina salió del gobierno guatemalteco después de que el Tribunal Supremo de ese país decidió llevarlo a un juicio político por presuntamente encabezar una red de corrupción llamada “La Línea”.
Este escándalo también le costó el puesto a varios de sus ministros de gobierno, quienes también presuntamente están implicado en esta organización.
Perez Molina dejó la presidencia el 2 de septiembre de 2015 y fue llevado a prisión, donde siguió el proceso judicial en su contra.
En México, que ocurra un caso similar es demasiado improbable.
A pesar de que abundad los casos de corrupción y conflictos de interés en la clases política, son pocos los casos en que un funcionario debe renunciar o son destituidos.
“Guatemala, una vez más, está dando ejemplo de cómo lidiar con la corrupción. México tiene mucho que aprender. Urge que el investigador de Naciones Unidas, Iván Velazquez, vaya a México, invitado por el congreso, para entrarle de manera independiente a los casos de la Casa Blanca y de la casa de Videgaray en Malinalco. Claro, sí se puede. Sí, Iván Velázquez a México. Y -ojo- a ver quien dice que no. (Dirán no quienes tienen cola que les pisen)”, opinión el periodista mexicano Jorge Ramos en septiembre pasado.
Por su parte, el comunicador Carlos Loret de Mola comentó al respecto:
“México: Por escándalos de corrupción, el presidente nombra al secretario de la Función Pública. Ese día, le da posesión, le ordena que investigue el conflicto de interés por su casa y la de su secretario de Hacienda, y en el mismo discurso, le adelanta sus conclusiones: no hay conflicto de interés. Medio año más tarde, el secretario determina oficialmente lo mismo. El Presidente y el secretario ofrecen disculpas.
Guatemala: Por escándalos de corrupción, la fiscalía se ayuda de la ONU, imputa al Presidente y condena a otros responsables. La vicepresidenta renuncia y la arrestan, también a otros tres del gabinete, caen siete secretarios de Estado. El Presidente ofrece disculpas”.
EXTRA:
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