El muro de la vergüenza

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Por Renata Bermúdez / @Renbyh

Infinidad de comentarios se ciernen en las redes sociales, en los periódicos y noticiarios gracias la firma de la orden ejecutiva del presidente Trump sobre la construcción del muro en la frontera sur de su país. Uno de los comentarios que más me ha puesto a pensar fue el de Saskia Niño de Rivera: no es el muro es lo que representa. Y ¿qué representa?

Desde el punto de vista geográfico es la materialización de la frontera, distinguir a los nacionales de los extranjeros, es el rechazo definitivo a la otredad; en términos migratorios implica contener la migración ilegal de las miles de personas que se aventuran a entrar por la frontera sur de Estados Unidos, no sólo mexicanos, centroamericanos, asiáticos, incluso la comunidad musulmana que vive en Tijuana.

Representa un aislamiento político y falta de cooperación internacional con los países del sur de América, no sólo mexicanos, sino latinos en general y el intento de romper de manera violenta una tradición migratoria que data de los últimos años del siglo XIX en una frontera de en sí misma inhóspita.

Cercar la frontera no sólo es un riesgo mayor para las personas que cruzan, también es un peligro para la fauna y flora que viven en el desierto; los ecosistemas se verían modificados, ya que la migración también para ellos representa la búsqueda de alimentación y sistemas de reproducción, afectando a 111 especies en peligro de extinción. En más de 3 mil kilómetros de frontera desértica la construcción podría llevar años e incluso vidas de aquellos que se contraten como constructores.

La amenaza de Trump es hacer un muro impenetrable, alto y poderoso, no se tienen datos de la altura y de la longitud pretendida, pero sí se tienen datos de los más de 11 mil migrantes muertos en el infernal desierto en 23 años con un muro ya construido de 3,180 kilómetros. Encarna además, un retroceso en la evolución alemana como dijo Axel Klausmeier, director del memorial del muro de Berlín.

También simboliza el oportunismo político de quienes lucran al ver a México como la triste víctima de un nacionalismo amenazante y de quienes se han olvidado de su historia como víctimas de un nacionalismo xenófobo, o de quienes recuerdan dolorosamente,como los berlineses, lo que implica un muro; el dolor de la división y el sectarismo, la exclusión y la vergüenza que le dará al juicio histórico a las acciones de Trump.

El desierto no contuvo la migración, el mar tampoco, ni la falta de recursos, ni el crimen, ni las políticas migratorias norteamericanas, un muro tampoco podrá hacerlo. El muro al final representa separación, división, intolerancia, falta de humanidad, miedo a la otredad, violencia materializada en unos bloques apilados.

Buena suerte con el muro.

 

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