Por Bernardo OV de Apuntes de Rabona
No llevamos ni cinco minutos en el juego y ya recibimos el primer gol en contra. El presidente Trump ha cumplido con una de sus más grandes promesas de campaña y una de las muchas que afectarán a los mexicanos: firmar la orden ejecutiva para la construcción del muro entre México y Estados Unidos. Sin embargo, todavía es temprano para hacer recuento de daños. La renegociación del Tratado de Libre Comercio -entre otros asuntos- bien puede ser un agravante a la pesadilla que se nos avecina.
Durante poco más de 20 años la economía mexicana ha girado en torno al TLCAN, enfocándose en las maquilas y en exportar grandes cantidades de manufacturas de bajo costo al vecino del norte. Los beneficios para el país han sido claroscuros, pues la industria automotriz se ha visto ampliamente beneficiada mientras que el campo mexicano prácticamente falleció, por ejemplo.
Si bien el fin del tratado supondría una oportunidad para reestructurar el comercio internacional -dejando de tener a EUA como primer y prácticamente único socio-, también sería un golpe durísimo para la economía del país al corto plazo, ya que Estados Unidos importó 259.000 millones de dólares el año pasado. La posibilidad de que Trump imponga aranceles a las maquilas iniciaría una guerra comercial contra México que elevaría costos en muchos artículos.
¿Como afectaría esto al futbol? Las dos plantas que hay en el país -ubicadas en Guanajuato y Sinaloa- en la que se producen unas mil 200 toneladas de artículos de Nike, Adidas y Puma con destino a Estados Unidos bien podrían dejar de ser negocio rentable y desaparecer debido al impuesto de hasta el 35% que planea poner Trump a objetos que intenten cruzar la frontera.
Por el lado de las exportaciones, México es el segundo mercado más grande para los productos provenientes de Estados Unidos. De por sí el precio de artículos como balones, playeras y zapatos -especialmente de Nike, la gigante deportiva estadounidense- ya es bastante elevado, con las condiciones arancelarias que México pondría en respuesta a las de EUA, el costo se iría a las nubes.
Esto tal vez no sea tan catastrófico en el largo plazo, ya que dependería de lo que se haga después para desarrollar la industria interna, pero es una oportunidad para que marcas mexicanas como Atlética, qué algún día vistió a la mayoría de los equipos de la Liga MX e incluso a la Selección Nacional, o Pirma que va en ascenso, vuelva a recuperar protagonismo ante la necesidad.
Lo que sí podemos dar por hecho es que el Mundial conjunto entre los países miembros del TLCAN -Canadá, México y EUA- se habrá quedado en una bella idea. Las tensiones políticas y sociales no han hecho más que aumentar. Aunque la FIFA diga que es una cuestión entre Federaciones, se necesita del apoyo de gobiernos que están dándose la espalda.
El muro y el ataque a las ciudades santuario también ponen en riesgo una actividad recurrente del Tri: los juegos amistosos -o incluso los oficiales- en EUA. La represión contra los migrantes va a poner en entredicho su asistencia a los estadios, por lo que se perdería el interés económico que generalmente impulsa esos juegos. La Copa Oro, en la que los países centroamericanos participan y que también han sido atacados por Trump podría ser un foco de conflicto. Basta recordar a Kapuscinski y como un partido de futbol puede iniciar una guerra.
Sin embargo, este juego va más rápido de lo que podemos anticipar y todo está presto a la especulación y las posibilidades. Al inicio de esta columna la visita de Peña Nieto era un hecho seguro. Ahora que redacto las palabras finales, está cancelada. Trump está haciendo enemistades en todos lados y tarde o temprano van a cobrarle factura.