Por Renata Bermúdez / @Renbyh
Leonardo Morlino, sostiene que la existencia de una democracia de calidad, se basa en varios criterios básicos, uno de ellos es que el territorio en el que se asienta esté libre de crimen organizado y sobre todo, total respeto a los Derechos Humanos.
Desde hace unos años, México vive una situación donde tenemos de todo menos democracia de calidad, la guerra contra el narcotráfico que iniciara Felipe Calderón es muestra de ello en dos sentidos:
1) Expone claramente el poder político que tiene el Estado Mexicano, es decir, el uso exclusivo de la fuerza que fue aplicado materialmente en las acciones del ejército, pero que no fue suficiente para detener el trasiego de droga.
2) Completo atropello a los derechos humanos tanto de civiles como de los mismos activos.
Esta semana se cumplirá un año más de impunidad y opacidad gubernamental ante la masacre de 72 migrantes, 58 hombres y 14 mujeres en San Fernando Tamaulipas. Serán 7 años en los cuales ha quedado de manifiesto que México está controlado por un poder tácito que ha sobrepasado al gubernamental, 7 años en los cuales sabemos que fue el grupo delictivo de Los Zetas los que han azotado de manera violenta y controlado la frontera norte de nuestro país, como Coahuila y Tamaulipas.
En estos 7 años, son pocas las personas que tienen el valor de hablar sobre el tema poniéndolo con todas sus letras: fue un crimen de lesa humanidad sobre el cual, el gobierno mexicano no ha dado respuestas. La población vivió la violencia siniestra de Los Zetas con cabezas y cuerpos colgados en puentes, extorsiones y secuestros, balaceras por doquier. Han sido 7 años en los cuales las familias de las víctimas no han tenido justicia.
¿La razón? Pretendían reclutarlos forzadamente para ser parte de la organización, obligarlos a ser delincuentes, torturadores y asesinos, una política de control que tienen Los Zetas para intimidar a los enemigos que tienen territorialmente.
Fue un sobreviviente el que contactó a la Marina para que el crimen fuera conocido, pero no perseguido. No hay datos precisos sobre el tratamiento que se le dio a la escena del crimen, ni qué autoridades llegaron primero, ni se sabe sobre el coyote que los llevaba, ni si alguna de las víctimas se integró como sicario.
Es momento de exigir respuestas, pero también el compromiso de quienes pueden cambiar la situación para que nuestro país no se llene de la sangre de nuestros hermanos migrantes que son asesinados en el camino.
¡México es de los mexicanos y de todo aquel que necesite transformar su realidad temporal! ¡No es de Los Zetas, ni de la corrupción! ¡México tiene la memoria de los 72!
Fotografía Emeequis
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