agosto 26, 2018

Futbol a una sola pierna

Roger toma el balón, lo domina con la zurda —esa que hizo grande a Maradona, a Puskas y a Roberto Carlos— y su control es absoluto: la pelota naranja y el pie se entienden a la perfección. La eleva al cielo, se agacha mientras el balón cae entre su cuello y sus omóplatos, como si ese fuera su lugar favorito.  Todos los demás están expectantes a lo que hará en la siguiente jugada. Roger pasa el esférico por encima de la nuca, la domina de nuevo con la izquierda —la de los grandes— y, después de un golpe, pasa el bastón por encima del balón para dejarlo quieto en el suelo.