La guerra fallida contra el crimen organizado, comenzada en el sexenio de Felipe Calderón y que continuará en el futuro cercano, tiene cifras espeluznantes que [a veces] pueden diluir el impacto ante la cotidianeidad de escuchar acerca de fines semanas sangrientos y récords de homicidios. Por eso es importante el que existan historias de interés humano acerca del sufrimiento de miles de familias mexicanas alrededor de lo que algunos funcionarios llaman daños colaterales, mismos que a veces son maquillados en los reportes oficiales.