Por Ivané Moreno/@Ivane_Moreno
Puebla intentará partirse en dos este domingo. Así, con énfasis en el “intenta” de un derbi forzado a venderse como clásico. El Puebla de la Franja, el mandón de la ciudad, celebrará los 50 años del Estadio Cuauhtémoc al recibir a los Lobos BUAP, la ternura de la Angelópolis.
Desde que el cuadro licántropo se sumó a las filas de la Primera División, con honores merecidos al sorprender a propios y extraños bajo la tutela de Rafael Puente, se acrecentó en lo mediático, una rivalidad inexistente.
Ambos equipos solo palomean un aspecto de rivalidad de los muchos puntos que un par de equipos pueden ofrecer para considerar una rivalidad, y en Puebla es obvio. Tanto La Franja, como los Lobos, pelean únicamente por el sector de indecisos y escépticos que tratan de adoptar a un equipo. Ni descensos directos, ni finales, ni fichajes polémicos de un equipo a otro.
Y a los números nos remitimos; números sin peso. Apenas hace un año, en el Apertura 2017, ambos equipos jugaron SU PRIMER ENFRENTAMIENTO EN PRIMERA DIVISIÓN. La última jornada vio un duelo intrascendente entre ambos equipos, Lobos ganó la primera batalla en el máximo circuito como visitante por 1-0. Para la vuelta, en el Clausura 2018, Puebla tomó revancha en el Universitario de la BUAP por mismo marcador.
Antes de los duelos en Primera División; existían 8 antecedentes entre ambos partidos. 3 juegos en el Ascenso MX y 5 más en Copa MX. El más intenso, el que disputaron en la Copa MX del Apertura 2014 cuando Puebla eliminó a Lobos en semifinales por la vía de los penales en un Cuauhtémoc que no llegó ni a la mitad de su capacidad.
Es cierto, Lobos BUAP a pesar de ser un año mayor que la casa del Puebla ha tenido su momento más estable tras 21 años de intentar mantener un equipo con recursos de una universidad pública en la categoría de plata y lograr el ascenso, no ha dado lugar para enfrentamientos épicos contra un Puebla que en ese mismo tiempo, ha hecho lo posible por alejar a su afición tras malos manejos directivos y temporadas para el olvido.
Si bien la Franja ha dedicado recursos mediáticos para enaltecer la rivalidad que cruza el periférico de la Angelópolis, con el uso del día de medios previo al encuentro, la carrilla en redes sociales e incluso, los mensajes de cierta parte de la afición que siente ser dueña de los colores de la ciudad, en Lobos BUAP la preocupación es otra; la de mantenerse lejos del fondo de la tabla para no duplicar una multa que pagaron el fin de la temporada pasada por terminar últimos en la tabla general de cociente.
Los antecedentes son cortos, la rivalidad nula, y el camino por recorrer en la Primera División será tan amplio como ambos equipos logren mantener su lugar en el circuito.
Quizás, hasta ahora, el único punto de quiebre en una posible rivalidad, podría ser la duda que los aficionados más frecuentes a los estadios poblanos puedan resolver. ¿Quién vende las cemitas más sabrosas? ¿El Universitario de la BUAP o el cumpleañero Cuauhtémoc?