LUCÍA TORRES | AGENCIA SINC
El éxito de un proyecto de restauración natural no depende solo de la reintroducción de especies, sino que se alcanza cuando el ecosistema consigue regenerarse y sostenerse. Este es el planeamiento central de una propuesta que se publica esta semana en Science.
Los autores del artículo forman parte de un equipo internacional, dirigido por Henrique Pereira de la Universidad Martin Luther de Halle-Wittenberg (MLU, Alemania) y el Centro Alemán para la Investigación Integrada de la Biodiversidad (iDiv). También participan investigadores de varias instituciones españolas.
Este cambio de paradigma pretende “dejar que la naturaleza se cuide a sí misma, permitiendo que los procesos naturales reparen y restauren los paisajes degradados”, según describe en su página web Rewilding Europe, una iniciativa que opera en primera línea a escala europea está trabajando en espacios como como el delta del Danubio (Rumanía).
Según comenta a Sinc el español Néstor Fernández, investigador de la MLU y el iDiv y uno de los autores del artículo, el grupo está desarrollando proyectos como “un nuevo sistema para identificar zonas prioritarias para el ‘rewilding’ como base de información para las políticas europeas de conservación de la biodiversidad”.
Por su parte, José María Rey, investigador de la Universidad de Alcalá y otro de los autores, comenta a Sinc que “el concepto de rewilding nació hace ya unos años, pero su significado se ha ido ampliando y modelando”. El concepto partió de la idea del paradigma de las tres Cs: grandes áreas centrales, conectadas por corredores para permitir el movimiento de los carnívoros”, explica.
El énfasis actual es considerar al ecosistema como un todo que es ayudado a recuperarse y mantenerse con poco esfuerzo adicional”, subraya Rey. En la misma línea, Fernández, destaca que su definición de renaturalización incluye “liberar a los ecosistemas de la presión humanapara que tiendan a autorregularse y funcionen de manera natural”.
Ainara Cortés-Avizanda, también coautora del artículo e investigadora del IMDEA y la Estación Biológica de Doñana, añade que “debemos evitar quedarnos en una mera reserva o colección de especies, atadas a un área concreta y dependiente de nosotros. Hablo de una naturaleza que se recupera y recupera especies poco a poco, aunque estas no sean especies emblemáticas”, indica.
Más allá de la reintroducción de especies
La naturaleza se ha visto gravemente afectada por la construcción de ciudades y carreteras, además de otras infraestructuras. Se han destruido ecosistemas enteros, reduciendo así considerablemente la biodiversidad. “Como resultado, muchos ecosistemas ya no son capaces de realizar tareas importantes como la regulación de inundaciones”, comenta Pereira.
Por ello, durante varias décadas se han llevado a cabo proyectos con el objetivo de reconstruir los ecosistemas con métodos como el ‘rewilding’ o renaturalización de los espacios. “Otro ejemplo es el de la reforestación. Esta se centra en el ecosistema en su conjunto e intenta restaurar su funcionalidad para que se sostenga con poca o ninguna gestión humana”, señala Andrea Perino, autora principal de la publicación e investigadora de la MLU y el iDiv.
Perino y el resto de investigadores publicaron el pasado año un estudio sobre cómo medir el progreso del ‘rewilding’. Ahora, presentan un nuevo método para planificar y llevar a cabo estos proyectos de manera efectiva. “Nuestro enfoque para la renaturalización se basa en el manejo de tres ejes: perturbaciones, conectividad y redes tróficas”, resume Rey a Sinc.
En la propuesta, los investigadores presentan un plan de acción para desarrollar proyectos de recuperación de la vida silvestre. Sobre todo, intentan dejar una cosa clara: no existe un ecosistema ideal que pueda crearse a través de medidas específicas. “Aunque haya que tomar alguna medida, debemos tratar de intervenir lo mínimo a largo plazo”, matiza Cortés-Avizanda.
Para los autores, lo más importante es analizar el ecosistema en su conjunto, examinar sus funciones, distinguir las perturbaciones en el sistema y derivar una serie de medidas para restaurar los procesos que han sido interrumpidos.
Además, sostienen que es fundamental tener en cuenta las posibilidades geográficas y sociales.“Estos proyectos siempre deben involucrar a la población local”, señala Perino. “De lo contrario, no tendrán éxito. Siempre hay que llegar a un compromiso entre lo que es teóricamente posible y lo que es realmente viable. Los ecosistemas son dinámicos y, por lo tanto, las medidas también deben serlo”.
Armonizar al humano con la naturaleza
Esta renaturalización no es solo beneficiosa para la vida silvestre, sino también para las personas. “En el ámbito de los beneficios no materiales, distintos estudios muestran que, por ejemplo, pasear por zonas naturales más ricas y diversas tiene efectos positivos sobre el bienestar”, comenta Néstor Fernández.
Los investigadores agregan que otro de los beneficios del ‘rewilding’ son las oportunidades económicas que ofrece el disfrute del paisaje. Así lo demuestran los diferentes proyectos que se están emprendiendo en toda Europa alrededor del turismo de naturaleza.
Un indicativo de la pujanza de estos negocios son los fondos dedicados al capital natural por el Banco Europeo de Inversión y que están siendo usados para emprender negocios de múltiple índole asociados a la conservación, restauración ecológica y renaturalización”, destaca Fernández.
“El delta del Oder es un buen ejemplo de cómo la restauración puede crear beneficios tanto ambientales como sociales”, señala Andrea Perino. Un área de Rewilding Europe situada en la laguna de Szczecin, a lo largo de la costa báltica entre Polonia y Alemania.
Esta zona es importante por ser una región clave para aves migratorias y otras especies y un ejemplo magnífico de cómo el abandono de las zonas agrícolas proporciona una gran oportunidad para recuperar sistemas de gran valor ecológico y con importantes beneficios para las personas”, comenta Fernández.
Muchos animales viven ahora en este espacio natural, incluyendo águilas de cola blanca, bisontes y castores. Esta recuperación ha permitido el desarrollo de una industria turística como excursiones, deportes y otras actividades alrededor de la naturaleza de la zona.