Contrastes previos al Mundial Femenil

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JESSICA BADILLO | Más Que Una Hincha

La semana pasada la selección de futbol femenil de Jamaica hizo una fiesta en Florida, Estados Unidos para celebrar que por primera vez habían logrado la calificación a un Mundial Femenil mayor.

La fiesta tenía otra función: recaudar fondos. A los asistentes se les pidió una donación mínima de 100 dólares; también se subastaron objetos con la idea de obtener el dinero necesario para asistir al Mundial.

Esta no es la primera vez que las llamadas “Reggae Girlz” recurren a esto para costear su camino al mundial, anteriormente habían tenido un partido de exhibición y demás eventos con el fin de que pudieran tener lo necesario para entrenar, viajar y tener todo listo durante la competición.

Su federación no las apoya y a pesar de que han declarado estar al pendiente de su selección femenil, la realidad es otra; una que es tristemente común en el futbol femenil.

Jugadoras y cuerpo técnico que perciben un bajo o nulo salario, la necesidad de invertir dinero propio para tener el equipamiento básico para jugar, uniformes que son del equipo varonil y todo esto sin tener un contrato que las respalde.

Todo esto contrasta con el camino que han seguido selecciones como la de Estados Unidos quienes han entrenado desde hace meses en instalaciones de primer mundo, además hicieron una gira de varios partidos que fueron televisados a nivel nacional e incluso se dieron el lujo de homenajear a sus leyendas del 99.

Otro ejemplo es Francia, que también posee una liga extremadamente competitiva y en donde las anfitrionas han estado preparándose en el mismo centro donde hace un año se prepararon sus similares varoniles previo a Rusia 2018.

¿Qué tienen en común estos casos? Que ambas federaciones se tomaron en serio esta competición porque sabe que representa un escaparate mundial para sus jugadoras y que con eso la inversión regresará en patrocinios.

Otro punto importante es que ambos países, por nombrar algunos, desde un inicio supieron invertir en sus respectivas ligas femeniles a tal grado de ser dos potenciales candidatos al título.

En México estamos a tiempo de hacer esto. No es casualidad que no hayamos calificado al Mundial. Todo se debe a la falta de apoyo e infraestructuras que podemos empezar a crear desde ahora.

El año pasado la sub 15 y la sub 17 femenil demostraron que pueden hacer buenas cosas a nivel internacional y que la Liga MX femenil ha sido importante a la hora de dar seguimiento a los procesos de las jugadoras.

¿Y si pensamos a largo plazo? Empecemos a generar las condiciones necesarias para lograrlo, estamos a tiempo.

Los textos publicados en la sección “Opinión” son responsabilidad del autor/a y no necesariamente reflejan la línea editorial de Manatí.

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