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En 2018, México vivió uno de los procesos electorales más trascendentales de su historia, mismo que terminó con un saldo rojo en el estado de Puebla. Once meses después, la jornada extraordinaria que convocó únicamente al 33% del electorado estatal dejó muchas lecturas y expectativas en torno al gobierno entrante.

Ante este paranoama académicos de la Universidad Iberoamericana Puebla sostuvieron en una mesa de análisis que el candidato ganador, Miguel Barbosa, “se alzó con mucho poder y pocos votos”, por lo que su principal tarea tendrá que ser la construcción de puentes de gobernanza y legitimidad entre la ciudadanía y el Estado.

“No fue un día de campo ni para Morena, ni para Barbosa y no fue una victoria tampoco para festejar copiosamente en la calle”, sostuvo Juan Luis Hernández, director del Departamento de Ciencias Sociales.

Debido a la presencia del Partido Verde Ecologista de México y personajes emanados de administraciones pasadas en la campaña de la coalición Juntos Haremos Historia, el académico pidió a la adminsitración entrante estar a la altura de las circunstancias.

Por otra parte, Alonso Muñoz, especialista en temas sobre transparencia, destacó la cobertura mediática inequitativa en cuestiones de espacio y contenido.

A través de gráficos, demostró que Barbosa recibió más exposición mediática que sus oponentes, obteniendo un cociente positivo en cuanto a opiniones. Lo contrario ocurrió para Enrique Cárdenas y Alberto Jiménez Merino, quienes registraron cocientes negativos por parte de los medios de comunicación.

Debido a esta situación instó a la regulación de la publicidad oficial.

Miguel Calderón Chelius, coordinador de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública, concluyó diciendo que el abstencionismo debe preocupar a Morena y al resto de los partidos de izquierda e hizo un llamado a mitigar el agotamiento político de la sociedad y construir un gobierno que cumpla en aquello que sus antecesores fallaron.