Jamás te olvidaremos, Chica Azul

chica azul futbol

JESSICA BADILLO de @MasQueUnaHincha

Sahar Khodayari era una aficionada del club iraní, Esteghlal FC, que desafió la ley que impide a las mujeres entrar a los estadios de futbol en su país. Ella se disfrazó de hombre el año pasado y asistió a apoyar a su equipo, sin embargo, al ser descubierta por la policía se le abrió un expediente por el cual estaba pendiente su enjuiciamiento.

Esta semana, al saber que tendría que pasar seis meses en la cárcel, se prendió fuego frente al juzgado y murió horas más tarde a causa de las heridas que esto le causó. 

Su protesta y su muerte han causado indignación en todo el mundo y han propiciado que muchas figuras importantes se expresen al respecto, incluida la propia FIFA, que reiteró “el llamado a las autoridades iraníes para asegurar la libertad y seguridad de cualquier mujer comprometida en la pelea legítima para terminar la prohibición de la entrada de las mujeres a los estadios de Irán”.

Pero no necesitamos ir hasta Irán para darnos cuenta que las mujeres todavía no estamos del todo seguras en los estadios. En pleno 2019 existen países que prohíben la entrada a las mujeres a sus estadios y también existen estadios en donde es imposible entrar sin ser acosada o violentada.

Existen clubes y federaciones que no cuentan con una sola mujer en un puesto importante y también están aquellos que no garantizan un salario justo y la posibilidad real de crecer dentro de la institución a una persona por el simple hecho de ser mujer.

Y sí, algunas de nosotras podemos considerarnos afortunadas de poder apoyar cada 15 días a nuestro equipo en su estadio, de dedicarnos al futbol de manera directa o indirecta y sobre todo de tener los medios suficientes para hacerlo. Pero esto no ha sido gratis, nadie nos lo ha regalado, detrás de nosotras están todas esas mujeres que, como Sahar Khodayari, dieron su vida por darle un lugar a la mujer en el futbol.

En México tenemos un ejemplo muy claro de esta lucha: Mar Ibarra, pionera del futbol femenil en nuestro país y cuyo feminicidio sigue sin esclarecerse desde octubre de 2018, quien luchó hasta el fin por lo que creía y que nos dejó con una liga femenil que sigue creciendo a pesar de las directivas que no le dan la seriedad necesaria.

¿Qué podemos hacer? Tan simple como ver partidos de futbol femenil y normalizar el hecho de que hay mujeres que juegan al futbol de la misma manera y al mismo nivel que los hombres. Hacer que los estadios sean un lugar seguro para todos los asistentes, respetando a los demás aficionados. Y sobre todo, darnos cuenta que está en nosotros lograr que nuestro futbol sea todavía más incluyente.

Así que la próxima vez que vayamos al estadio a apoyar al equipo de nuestro corazón, recordemos que hay personas que no pueden hacerlo, que todavía nos falta mucho para lograr que el futbol sea verdaderamente para todos pero que, con pequeñas acciones, podemos lograrlo.

A la memoria de Sahar Khodayari.

Los textos publicados en la sección “Opinión” son responsabilidad del autor/a y no necesariamente reflejan la línea editorial de Manatí.

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