JESSICA BADILLO | @MasQueUnaHincha
Hace unos días un video de Alex Morgan, tres veces campeona del mundo y medalla de oro con Estados Unidos, se volvió viral al mostrarla entrenando embarazada.
Y mientras la mayoría de comentarios fueron positivos y buscaban alabarla y alentarla a que siguiera haciendo lo que más le apasiona, hubo dos visiones que resaltan.
La primera y menos conflictiva, la de aquellas personas (en su mayoría hombres) que opinaron en contra de esta acción. Algunos se preocuparon por la salud de su bebé y otros simplemente aprovecharon la oportunidad para externar su machismo y rechazo general al futbol femenil.
¿De verdad piensan que si eso fuera algo malo para el bebé, ella lo estaría haciendo? Como futbolista profesional y miembro de la selección más importante de su disciplina, Morgan tiene acceso a los mejores doctores y asesores en el área de salud. Además de que cualquier atleta profesional de su nivel debe mantenerse en actividad constante porque de lo contrario corre el riesgo de sufrir consecuencias mayores.
La segunda visión y la que adoptaron la mayoría de los medios que retomaron el video fue la de sorpresa o asombro. Titulares como “Increíble, Alex Morgan entrena durante su embarazo” o “Sorprendentes imágenes de Alex Morgan entrenando con 7 meses de embarazo”.
Alex Morgan no es la primera futbolista profesional que lo hace; el año pasado, su compañera en el Orlando Pride, Sydney Leroux hizo pretemporada con su equipo y sus 5 meses de embarazo. Y no tenemos que quedarnos solo en el futbol, diario muchas mujeres llevan a cabo tareas del día a día estando embarazadas.
El problema es que no estamos acostumbrados y menos en México, a ver la maternidad como algo normal en los deportes. Pensamos que cuando una deportista decide formar una familia, es también su retiro. Probablemente Alex Morgan vaya a los Olímpicos de Tokio 2020 pero muchos dan por terminada su carrera.
Son precisamente las seleccionadas estadounidenses, que han estado luchando desde el año pasado por igualdad salariar y de condiciones, las que se han manifestado a favor de un futbol con contratos que cubran maternidad y que existan protocolos de embarazo.
Estas imágenes son dignas de alabar pero no deberían ser la excepción sino la norma. Las futbolistas y deportistas en general deberían tener el derecho a elegir cuándo y cómo iniciar una familia y contar con el apoyo de su equipo y su federación. Todos deberíamos entender que un embarazo no es el fin de una carrera deportiva profesional, sino el inicio de una nueva etapa.
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