JESSICA BADILLO | @jessicabadillo
Hace unos días, la notica de un niño de 11 años que defendió a una árbitra se popularizó debido a la ejemplar acción que esto supuso. El portero del Avilés Stadium, Diego Hernández, se dio cuenta que la silbante lloraba durante el partido y que los asistentes no paraban de insultarla.
El niño pidió a los asistentes que callaran y que la dejaran tranquila, también se dirigió a ella para darle palabras de aliento durante el partido entre su equipo y el Deportivo Valdés, que forman parte de una liga regional en España.
En entrevista, el jugador se confiesa cansado de este tipo de situaciones muy comunes en el futbol a cualquier nivel y en cualquier parte del mundo. Bastante difícil ya es el contar con una mujer pitando un partido, ya que son muy pocas las que cuentan con la oportunidad de recibir capacitación y de obtener las credenciales necesarias para hacerlo.
En México ya nos pasó. Debido a la dificultad que tienen las mujeres para acceder al arbitraje, tuvimos una cuarteta de silbantes masculinos en un partido de Liga MX Femenil, quienes no siguieron los protocolos de revisión e hicieron sentir acosadas a las jugadoras.
Pero, ¿cómo esperamos que haya más mujeres en el arbitraje, si cuando las hay se encuentran con rechazo e insultos? Este tipo de situaciones ocurren en general en el futbol femenil y cuando existe la participación de la mujer en el futbol.
Jugadoras, entrenadoras, auxiliares, médicos, personal operativo, directivas, fotógrafas, reporteras, vendedoras y aficionadas estamos expuestas a ser acosadas en cada partido que asistimos y en el que simplemente estamos haciendo nuestro trabajo o divirtiéndonos.
¿Cómo es que un niño español de 11 años entendió mejor todo que varios adultos alrededor del mundo? Adultos que llevan varios años siendo aficionados a un deporte que va a evolucionando día a día y que cada vez se vuelve más incluyente.
Tener un futbol incluyente significa que cada vez veremos más y más diversidad dentro y fuera de la cancha. Significa que como equipos, autoridades y aficionados tendremos que trabajar para hacer de nuestras instalaciones un lugar seguro para todos, generar un ambiente donde cualquier identidad de género, expresión de género y orientación sexual pueda convivir en armonía.
Muchos de nosotros hemos luchado por años, desde exigir el derecho de admisión a los estadios para todos, hasta la igualdad salarial y de oportunidades para las mujeres. Muchos de nosotros hemos ido evolucionando de la mano de nuestro futbol.
Pero algunos otros se están quedando estancados junto con sus prejuicios y sus ideas anticuadas, sin darse cuenta que en un futuro serán ellos los que se quedarán sin lugar en un futbol ideal donde todos sean incluidos, respetados y escuchados.
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