PALOMA FERNÁNDEZ | @PalomaPEN
Tampones, toallas sanitarias, compresas, medicación y otros tantos insumos son utilizados por al menos 63 millones de mujeres, niñas y adolescentes mexicanas que menstrúan en promedio 2 mil 535 días de su vida.
Estos productos pueden llegar a constituir un gasto anual de más de 720 pesos, es decir, el equivalente al 5% del gasto en uno de los 10 hogares más pobres del país.
Esto fue parte de lo que se discutió en el conversatorio “Menstruación libre de impuestos”, realizado como parte de una iniciativa que reúne a legisladoras federales y organizaciones feministas.
Esta iniciativa, denominada Menstruación Digna México, propone que los productos de higiene para mujeres que se utilizan para la menstruación sean considerados por el Estado como productos de primera necesidad y queden exentos del cobro de IVA.
Alrededor de la menstruación corren estigmas y barreras, y una carga fiscal que puede llegar a convertirse en un tipo de violencia de género económica.
Lo explicó la magistrada Zulema Mosri, quien dijo que el impuesto se impone sobre una condición biológica. Es decir, se pagan impuestos por el simple hecho de ser mujer.
En ese sentido, Mosri declaró necesaria la perspectiva de género en la tributación de productos requeridos en la menstruación, pues la feminización de la pobreza pone en jaque la neutralidad de las políticas fiscales.
Pero más allá de la exención se requiere de un impuesto cero, a decir de la abogada Graciela Pompa, pues esto permitiría beneficiar a todas las mujeres del país.
Dejen de beneficiar a grandes empresas con estímulos fiscales, dejen de dejar que la informalidad siga y enfoquémonos a un tema de equidad de género que mucho bien hará a todas las mujeres mexicanas”, exhortó durante el conversatorio.
La diputada federal Verónica Juárez agregó que existe una invisibilización de la mujer incluso en su espacio privado, pues el que los insumos de primera necesidad sean vistos como un lujo, sólo denota esta transgresión hacia las necesidades de las mujeres.
También consideró que deben existir condiciones recaudatorias que favorezcan y privilegien el uso de productos biodegradables y reutilizables, pues el tiempo de degradación de una toalla sanitaria es de aproximadamente 500 años.
“La buena salud e higiene menstrual para todas las mujeres y niñas no constituye un derecho fundamental hoy día, sino que constituye un impuesto que pagamos las mujeres por ser mujeres, favoreciendo la desigualdad e incremento de las brechas económicas entre mujeres y hombres”, pronunció en el panel.
Como parte de esta propuesta, diputadas de las bancadas de Movimiento Ciudadano, Pan, PES, Morena y PT presentaron una iniciativa de reforma a la Ley del Impuesto al Valor Agregado para que no se aplique ningún impuesto a toallas sanitarias, tampones, pantiprotectores, copas o cualquier otro insumo destinado a la gestión menstrual.