Para los estudiantes de nuevo ingreso, la experiencia universitaria no ha sido ideal: se enfrentan a una pantalla, a los distractores de sus hogares y a la falta de vínculos entre compañeros y maestros.
LUIS SORIANO | @LuisSorianortz
El primer día de universidad para cualquier estudiante puede ser inolvidable. Pero no durante una pandemia que mantiene las aulas vacías y a los estudiantes atados medio día frente a una pantalla.
“Es como si no estuvieras en la universidad”, dice Flor Galeana, estudiante de primer semestre de Física aplicada en la BUAP, que se encuentra al pie de su tercera semana de clases. Para Flor, el ingreso a esta etapa de su vida se ha presentado de manera decepcionante, sin profesores a los que acudir o amigos a los que conocer, una experiencia universitaria diluida en el sinsentido.
El sentimiento de Flor no es único. Sandra Hernández, estudiante de Diseño de interacción y animación, y Jorge Limón, estudiante de Ingeniería mecatrónica, ambos de la Ibero Puebla, expresan las mismas preocupaciones estudiantiles.
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“Yo me siento, la verdad, muy frustrado”, dice Jorge, ya que la universidad desde casa se ha convertido en un ambiente de distracciones constantes y nulo contacto humano, que para los estudiantes de nuevo ingreso representa una serie de trabas a los conocimientos prácticos que ofrecen sus carreras.
Para Flor y Jorge la falta de laboratorios y practicas se convierten en una barrera al aprendizaje práctico, mientras que para Sandra el nulo acceso a material, instalaciones escolares y congresos con profesionales en su campo la alejan del aspecto práctico de su carrera.
“Cuando estás en tu casa se te hace fácil ponerte a hacer otras cosas”, dice Sandra al hablar de todos esos distractores a los que ha tenido que tratar de eliminar para adaptarse al entorno en línea.
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Aún no hay cifras que indiquen con precisión si esta modalidad de clases a distancia impactará en el índice de deserción escolar en el nivel superior. Lo que se sabe es que, sólo en el primer semestre de 2020, la Secretaria de Educación Pública (SEP) registró 305 mil bajas estudiantiles en este nivel.
En ese contexto puede voltear a verse el surgimiento de otras plataformas de aprendizaje en línea, como Udemy, Skillshare o Domestika, que presentan una opción a menor costo; no obstante, los estudiantes observan en estas opciones un aprendizaje extra en lugar de un sustituto.
Mientras en el país se propaga lentamente la aplicación de vacunas contra la covid-19, los estudiantes en Puebla aguardan sin saber cuándo podrán acudir a los salones universitarias.
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Flor sostiene la esperanza de un regreso presencial más ventajoso que las premisas del aprendizaje en línea, Sandra ve la imposibilidad de hacer contactos significativos y profesionales a través de dichas plataformas, y Jorge observa el papel de estos sitios como uno suplementario incapaz de remplazar a su universidad y la inmersión que representa.
El ambiente retratado por los estudiantes es diametralmente opuesto al que imaginaban, una expectativa alta y esperanzadora ha sido remplazada por el agotamiento de una pantalla vacía y un aprendizaje deficiente.