Morbo es una obra del artista Alcides Rista que critica la farandulización de la violencia y la cosificación de las mujeres en la prensa amarillista.
MARIO GALEANA | @MarioGaleana_
Hay un tipo adherido al piso, yerto, ensangrentado, salpicado por titulares de prensa y “avisos oportunos”. Una mezcla de recortes de periódicos, ensambles, reminiscencias a una época en la que pegábamos y pintábamos sin salirnos de la raya.
Y después hay un fundido en negro. Una oscuridad de la que sólo emanan cuatro palabras en blanco: “Tu cuerpo nos ofende”. Pero si pudiera verse a través de las letras hallaríamos rostros sanguinolentos, pezones, garabatos, cadáveres, torsos desnudos de mujeres, onomatopeyas, juegos de palabras, la miscelánea que se ofrece en alguno de los 800 mil ejemplares de la nota roja mexicana que se imprimen todos los días.
Un collage de sangre y sexo: un collage del morbo.
Morbo es el nombre de la obra del artista multimedia Alcides Rista que, durante el último mes, del 7 de febrero al 6 de marzo de 2020, intervino tres puntos de la ciudad de Puebla y sus alrededores.
La obra consta de tres collages, pero las autoridades sólo permitieron la reproducción del primero —el tipo adherido al piso—. Y para Alcides no deja de ser paradójica esa censura, que alcanza los torsos desnudos pero no los torsos descuartizados, que prohíbe una intervención artística a pesar de que ese amasijo está en cualquier esquina en la que se encuentre un puesto de periódicos.
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“La censura se convirtió en parte del mensaje cuando me negaron la posibilidad de presentar la serie completa en los espectaculares sólo porque mostraban unos pezones de mujer”, dijo en una entrevista otorgada a El Sol de Puebla. “Entonces no sólo confirmaron la relevancia de la obra o lo molesta que puede llegar a ser, sino que mostraron otra cara de la hipocresía”.
Y lo reitera en el comunicado que acompaña la obra: “El descuartizado, la persona a la que le reventaron el cráneo con un tubo, convive en la misma página con los senos de una modelo, acto que revela la reificación en que viven las mujeres mexicanas: su cuerpo es objeto, instrumento de placer para el hombre, cosa”.
Los collages están instalados en lugares que pueden parecer disímbolos: sobre la barda de una avenida en la que algunos esperan el camión, sobre un puente en el que los automóviles avanzan con furia, sobre un descampado en una carretera que conduce a Atlixco.
“Esta obra reclama el espacio público para confrontar al espectador con una realidad que se ha vuelto costumbre y sobre la que no reflexionamos”, dice el autor.
Alcides Rista, que es mexicano pero radicó en Rumania, siembra en el aire preguntas sobre la ética tanto en periodistas como en lectores: “Durante el 2020 casi cien personas fueron asesinadas cada día en México, ¿es ético mostrar así a las víctimas? ¿El periodismo convencional oculta la realidad y estos periódicos nos la muestran tal como es? ¿Cuál es la responsabilidad del periodista?”.
