Videos en redes sociales aseguran que la vacuna contra covid-19 provoca un efecto de imantación en los brazos; la información es falsa.
STAFF MANATÍ | @ManatiMX
Algunos medios de comunicación locales han difundido videos que circulan en redes sociales en los que se muestra cómo un supuesto imán se adhiere a la piel de personas que dicen haber recibido la vacuna contra el coronavirus. En algunos de los clips, se señala que el efecto ocurre porque las vacunas contienen metales y materiales magnéticos que atraen un imán, pero es falso.
De acuerdo con la red LATAM Chequea, este tipo de desinformación también se ha difundido en países como España, Argentina e Inglaterra.
A continuación te compartimos de manera íntegra una nota del portal Newtral, de España, para aclarar la situación.
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Nos habéis preguntado a través de nuestro servicio de verificación de WhatsApp (+34 627 28 08 15) por distintos vídeos, compartidos por redes sociales, en los que se asegura que se “están inyectando metales pesados” o materiales con propiedades magnéticas a través de la vacuna contra la covid, y muestran un imán para demostrarlo.
En estas grabaciones, difundidas en distintos idiomas, se ve a personas acercarse un imán al brazo. Cuando el imán se queda “pegado” a su cuerpo, ellos señalan que es debido al contenido de las vacuna de la covid. Pero es falso. Las vacunas autorizadas no contienen metales pesados magnéticos ni pueden causar ese efecto.
No, las vacunas no contienen metales pesados magnéticos
Las personas de los vídeos que hemos recibido dicen estar vacunadas, pero no aportan pruebas de ello. De hecho, la mayoría de los contenidos -compartidos en Facebook, Instagram o Tik Tok– duran solo unos segundos y en ellos aparecen personas que no se identifican o que no dan su nombre completo, por lo que no hay manera de conocer si realmente han recibido una vacuna antes de grabar las imágenes.
En uno de los vídeos, difundido en español, aparece una mujer mayor vestida de morado y sentada en una silla de ruedas. Otra persona, que dice ser el vecino de la señora, le acerca un imán al brazo. Al ver que el objeto se queda pegado a su piel, el hombre asegura que se trata de un efecto de la vacuna, la cual supuestamente contiene “metales pesados”.
Pero el físico Jordi Sort, quien lidera el Grupo de Materiales Inteligentes de Nanoingeniería, Nanomecánica y Nanomagnetismo en la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA), aclara a Newtral.es que, para crear el efecto que se observa en los vídeos, “se necesitaría un implante debajo de la piel con una cantidad suficiente de material ‘magnético’ para que atrajera un imán”. Y las vacunas no llevan tal implante.
“Imaginemos que ponemos unas cuantas partículas de hierro sobre un papel y que por debajo acercamos un imán. La cantidad de partículas de hierro que se necesitaría para compensar el peso del propio imán (y que este no se cayera por el peso de la gravedad) sería bastante grande. El líquido de las vacunas [con los metales que se necesitarían para causar ese efecto] no sería ni siquiera transparente”, añade el físico.
No, las vacunas y los supuestos metales no causan un efecto magnético
Sort explica, además, que no todos los metales pesados provocan ese efecto de atracción. “Solamente se atraen con imanes unos pocos elementos de la tabla periódica: cobalto, hierro o níquel básicamente. Hay algunos óxidos como la magnetita (óxido de hierro) que también se atrae, pero ya no se trata de un metal pesado”, precisa.
Ya desmentimos otro contenido en el que se aseguraba que las vacunas contienen sustancias como el níquel. Desde Newtral.es también hemos contactado con el presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), Amós García Rojas, quien nos indica que no se utilizan esos metales pesados magnéticos (níquel, cobalto y hierro) para la elaboración de las vacunas.
Jaime Pérez, también miembro de la Junta Directiva de la AEV, coincide con su compañero e informa a Newtral.es que las vacunas “no se elaboran con hierro, níquel ni cobalto”. Además, antes de salir al mercado todas las vacunas pasan numerosos controles y ensayos en los que se verifica su eficacia y seguridad en personas.
El vídeo también ha circulado en otros países como Estados Unidos. El especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Medicina de Chicago, Stephen Schrantz, explica a la agencia de noticias AFP -que forma parte de la IFCN (International Fact-Checking Network) junto a Newtral.es- que “ponerse la vacuna COVID-19 no puede hacer que tu brazo se magnetice. Eso es un engaño, simple y llanamente”.
“Es absolutamente imposible que una vacuna pueda provocar la reacción que se muestra en estos vídeos publicados en Instagram o YouTube. Se explica mejor [lo ocurrido en los vídeos] por una cinta adhesiva de dos caras en el disco metálico que se aplica a la piel que por una reacción magnética», añade la investigadora a la agencia AFP.
De hecho, en los vídeos tampoco se muestra el supuesto imán con tanto detalle como para que podamos comprobar claramente que se trata de ese objeto magnético.
Otros verificadores internacionales también han desmentido los vídeos
En otros de los vídeos que circulan por redes, en los que se repite la misma acción de colocar el imán en el brazo, se dice que el causante de esa supuesta atracción magnética es un microchip inyectado a través de la vacuna.
Pero los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos confirman en su página web que las vacunas no llevan microchips ni otros dispositivos similares.
El verificador estadounidense Snopes también califica de falsos los vídeos en los que se afirman que los imanes se quedan pegados por supuestos “dispositivos o ingredientes metálicos” de las vacunas.
Al Edwards, profesor asociado de tecnología biomédica de la Universidad de Reading en Inglaterra, explica a Snopes que el cuerpo humano está compuesto por el mismo tipo de materiales biológicos que se incluyen en las fórmulas de las vacunas.
«No hay nada magnético en las fórmulas de las vacunas, la mayor parte de lo que se inyecta es agua extremadamente pura, más algunas sales simples para que la inyección sea menos dolorosa y una cantidad absolutamente diminuta de vacuna», comenta a Snopes. «La mayoría de los alimentos están hechos de moléculas similares y comer alimentos no hace que las personas sean magnéticas».
Desde Health Desk, una plataforma de expertos sobre la COVID-19 que proporciona información sobre salud pública, también desmiente que la vacuna de Pfizer contenga metales o pueda atraer imanes.