En medio de la contingencia sanitaria, se cometieron tres asesinatos contra personas LGBTTI en Puebla; en México ocurrieron 117 casos crímenes de odio.
GUDALUPE JUÁREZ | @lupjmendez
La pandemia no frenó el odio. Durante 2020, en medio de la crisis sanitaria que azotaba el mundo, mientras en el país disminuyeron los crímenes contra personas LGBTTI, en Puebla hubo un aumento con respecto al año anterior de los casos.
De acuerdo con el registro de Letra S en México hubo 117 crímenes de odio en 2019 y el año pasado sólo 79. En la entidad poblana, se contabilizaron tres casos en 2020, cuando un año antes sólo fueron dos.
En los últimos cinco años, Puebla acumula 20 asesinatos de personas LGBTTI y con ello ocupa el lugar 8 con más crímenes de odio en el país, por debajo de Veracruz que concentra 81 muertes, Chihuahua con 49, Guerrero con 45, Estado de México con 26, Ciudad de México con 25, Quintana Roo con 24 y Tamaulipas con 23.
La época más violenta en la entidad poblana fueron los años 2017 y 2018, con cinco asesinatos en cada periodo, cuando el año con menos casos fue 2016 con sólo un homicidio registrado.
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Una de cada dos víctimas en el país son mujeres trans, tres de cada 10 son gays y una de cada 10 son lesbianas, con una edad promedio de entre 30 años.
A pesar de las medidas de confinamiento, las restricciones de movilidad, el cierre de comercios y lugares públicos, la mayoría de las víctimas fueron encontradas sin vida en la vía pública, en segundo lugar las arrojan en terrenos baldíos, canales, ríos y predios.
Además de las heridas mortales, los cuerpos fueron encontrados con signos de violencia como heridas punzocortantes, intentos de mutilación o desmembramiento, quemaduras, golpes y contusiones.
Algunos más fueron hallados embozados, atados de pies y manos o con signos de violencia sexual y tortura.
A nivel nacional, sólo en el 16% de los casos fueron identificados los responsables de los crímenes de odio.
¿Qué pasa con las víctimas trans?
Las mujeres trans son víctimas de violencia de género por dos causas: violencia transfóbica y misógina, suelen ser asesinadas en vía pública y en sus lugares de trabajo como calles, estéticas, bares, hoteles o sus cuerpos sin vida en aceras, lotes baldíos, ríos y otros espacios públicos.
Los hombres trans, por otra parte, son víctimas de violencia de género cuando son percibidos de manera prejuiciosa como lesbianas o mujeres que “trasgreden los roles de género”.
Es común que las víctimas trans masculinas aparezcan con signos de violencia sexual, como una forma de “castigo” a su comportamiento.
Cuando las víctimas son gays, por lo regular sus victimarios buscan, enganchan o “ligan” a sus víctimas en lugares de encuentro como bares, cantinas, parques, plazas y apps, por lo que suelen ser agredidos en sus propios domicilios o en hoteles.
Las victimas lesbianas sufren además violencia de género y lesbofóbica, y por lo regular están expuestas a la violencia sexual. Los casos más visibles de muertes violentas de lesbianas se dan cuando están en pareja.
