Parte de las infancias que son reclutadas en Puebla suelen convertirse en informantes, y en algunos casos, van adquiriendo más responsabilidades conforme pasa el tiempo.
GUADALUPE JUÁREZ | @lupjmendez
Uno de cada dos niños en el país susceptibles a que un grupo del crimen organizado los reclute para dedicarse a actividades ilícitas, como halconeo, distribución de drogas y sicarios, se encuentra en Puebla.
El informe Reclutamiento y Utilización de niñas, niños y adolescentes en México, elaborado por el Observatorio Nacional Ciudadano y la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) identificó que entre 11 mil 317 y 19 mil 500 niños, niñas y adolescentes que viven en la entidad son vulnerables a ser reclutados.
Esto se debe a que son menores de 17 años que, por las condiciones de pobreza, no asisten a la escuela o no pueden ejercer sus derechos a plenitud, ya sea que trabajan o están en una situación conyugal complicada.
Lo anterior se suma al contexto de alta incidencia delictiva e inseguridad como sucede en la entidad poblana, en este caso como han reconocido autoridades por la operación de grupos dedicados a la extracción de combustible.
Estas condiciones se incrementan en medio de la pandemia por COVID-19, pues en los hogares a falta de empleos, incrementa la participación laboral de mujeres y niñas, niños y adolescentes en actividades económicas legales o ilegales.
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“Salen a buscar empleo, pero como la generación es baja, no encuentran salida diferente a la del desempleo. Esta situación puede incrementar el riesgo para que más niñas, niños y adolescentes terminen relacionados con grupos delictivos”, dice el documento.
A nivel nacional hay de 144 mil 851 a 250 mil 574 menores de 17 años en riesgo de ser reclutados por el crimen.
El sistema patriarcal las violenta
Pero aquí también pesa el sistema patriarcal. Las niñas y adolescentes no son contratadas para las mismas tareas que los varones, pues hay reportes de que son tratadas como esclavas sexuales, o parejas de los comandantes y miembros de la organización.
Son violentadas al grado de ser sometidas a planificación forzada u obligadas a abortar o a embarazos forzados.
Hay casos en los que son contratadas como halcones o sicarias, pero son mínimos. En cuanto a los niños y adolescentes reclutados sus tareas consisten en ser informantes o halcones y conforme pasa el tiempo adquieren más responsabilidades.
También son obligados a participar en conflictos armados que ponen en riesgo su vida o les es asignada la ejecución de secuestros u homicidios.
Por lo regular, los menores de edad son reclutados por familiares y personas cercanas, además de grupos delictivos que dominan las comunidades, ya sea por medio de despensas o con la promesa de protegerlos.
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