¿Y la paridad? Universidades de Puebla son controladas por hombres

paridad de género en universidades
Ilustración de portada: Noé Vidaurri | @noe.er

La historia de las universidades en Puebla no tiene rostro de mujer. No hay paridad, ni equilibrio. Por décadas, sus principales puestos directivos, las rectorías y hasta los consejos estudiantiles han tenido más hombres que mujeres.

GUADALUPE JUÁREZ | PALOMA FERNÁNDEZ
@lupjmendez | @palomapen

En la política, las mujeres han conseguido que las candidaturas y los cargos gubernamentales se distribuyan mediante un criterio de paridad de género.

Pero este avance ha sido largamente olvidado en las universidades de Puebla, donde la  mayoría de los puestos directivos y las rectorías son ocupados sólo por hombres.

Y sí, el patriarcado sigue ahí… en las aulas, en los puestos directivos, en las principales direcciones académicas. 

Manatí hizo una revisión a seis de las principales universidades públicas y privadas en el estado: la BUAP, la Universidad Tecnológica de Puebla (UTP), el Instituto Tecnológico de Puebla (ITP), la Ibero Puebla, la UDLAP y la UPAEP.

CHECA ESTO: Falta de paridad en universidades de Puebla afecta la vida de las estudiantes

Los resultados podrían hacer pensar que existe paridad en las universidades de Puebla: de 359 puestos directivos, el 42.7% son ocupados por mujeres.

Pero la realidad es que, en toda su historia, sólo cinco de seis instituciones nunca han tenido a una mujer como rectora.

“Cuando revisamos los números en general en las instituciones, no sólo las educativas, vemos cierta desigualdad en la participación sobre todo si lo pensamos como una pirámide: conforme vas ascendiendo en la pirámide, las mujeres se van quedando en el camino”, dice Claudia Alonso González, responsable de género en Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, de la Ibero Puebla.

La especialista lo compara con la situación de las investigadoras en México: hay igualdad entre mujeres y hombres con doctorado, pero ellas no siempre logran ser integradas  al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), donde disponen de apoyo y recursos para su trabajo. 

“Conforme vamos ascendiendo en los cargos, las mujeres van ocupando cada vez menos y pues nos indica esta acumulación histórica de desventajas por razones de género”, agrega.

Una discusión pendiente

Y esto se debe en gran parte a la falta de reglas claras y normas que garanticen la participación de las mujeres en los espacios universitarios, públicos y privados, como ya sucede en las elecciones y hasta procesos internos de los partidos políticos.

Lo explica Sagrario Lobato Huerta, integrante del núcleo de género de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social (ALAMES):

“Lamentablemente en el ámbito de la educación, aunque pareciera contradictorio, es donde hemos avanzado menos en el tema, vamos a pasos de tortuga. (…) En el ámbito educativo ni siquiera está establecido ya como una ley”.

Infografía en la que se muestra que en seis de las principales universidades en Puebla, no existe paridad de género. Ilustración: Noé Vidaurri.
En seis de las principales universidades en Puebla, no existe paridad de género. Ilustración: Noé Vidaurri.

Para la ex presidenta de la Comisión de Igualdad de Género del Congreso de Puebla, Rocío García Olmedo, también es necesario que se garantice en normas enfocadas en los procesos para garantizar la participación de las mujeres en puestos de decisión.

“Las normas que ya están nos fueron permitiendo esa igualdad en derechos que no teníamos, y más o menos se ha podido avanzar en ello, pero no nada más se tiene que avanzar en la norma, la norma nos sirve justamente para eso, pero hay que institucionalizar todo eso, hay que pasar justamente de esas normativas igualitarias, a una realidad sustantiva de igualdad”, dice a Manatí.

La ex diputada local considera que, al igual que ha pasado en la política, donde se han establecido normas  en cada proceso electoral para asegurar que las mujeres participen, esta regulación debe aplicarse en las universidades.

“No es lo mismo aplicar una norma para un hombre que para una mujer, hay diferencias y hay que considerarlas también”, indica.

Pero esto tendría que ocurrir desde las mismas instituciones educativas, porque ya en el artículo 41 de la Constitución Mexicana se establece que tanto los gobiernos federal y estatales y los órganos autónomos, como la BUAP, tendría que aplicar el principio de paridad de género. 

En la Constitución de Puebla (armonizada un año después con la federal) existe también en el artículo 83 un apartado donde se establece que en la integración de los organismos autónomos y descentralizados se debe observar el principio de paridad de género.

Es decir, se necesita que las universidades discutan los mecanismos para asegurar la participación equilibrada de mujeres y hombres en posiciones de poder y toma de decisiones. En este caso, sus puestos directivos, órganos como los consejos universitarios y, claro, la rectoría. 

infografía en la que se aborda la falta de paridad en las universidades de puebla
Las universidades públicas en Puebla no distribuyen sus principales cargos bajo el criterio de paridad. Ilustración: Noé Vidaurri.

¿Hay solución para la falta de paridad de género en universidades de Puebla?

Para Lobato Huerta, una ventana para que las universidades públicas y privadas apliquen el principio de paridad en los puestos clave de decisión es la Norma Mexicana 025, en materia de igualdad laboral y no discriminación.

Los principales ejes de esta norma vigente desde 2015 son incorporar la perspectiva de género y no discriminación en los procesos de reclutamiento, selección, movilidad y capacitación.

Sin embargo, considera que el panorama es desalentador, pues para que las universidades comiencen a cambiar sus políticas el cambio tendría que ser impulsado por los mismos directivos que han centralizado el poder en los hombres.

“Si no está escrito entonces queda a libertad de la persona que esté en ese momento en la rectoría o en el nombre que le den en la institución a su máxima autoridad, y mientras una persona sensible de género esté en el poder, digamos que mientras esté en su gestión, nada más vamos a poder ver a lo mejor planes y programas que pueden tener perspectiva de género”.

Infografía en la que se muestra la falta de paridad en las universidades privadas de Puebla.
Sólo una de las tres universidades privadas de Puebla analizadas alcanza un niver de paridad en cargos directivos. Ilustración: Noé Vidaurri.

La integrante del núcleo de género de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social asegura que otra opción son las generaciones más jóvenes para que impulsen talleres por fuera de las universidades que las harán más sensibles y exigirán piso parejo para la participación de las mujeres.

También, que la capacitación en materia de género se dé desde los niveles básicos de educación, con lo que se podría lograr un cambio a futuro cuando lleguen a las aulas en las universidades.

García Olmedo, en cambio, cree que se puede ganar terreno como se ha hecho en el ámbito político y lo que se busca en las posiciones de gobierno.

“Poco a poco, así, desde las instancias gubernamentales de los tres niveles de gobierno, se podrá ir transversalizando el enfoque que conocemos como perspectiva de género, que permita ir visibilizando e incidiendo en este tema en paridad. Esto mismo que se hace desde lo público, se tiene que hacer evidentemente también en las universidades”. 

Las mujeres, como ha ocurrido hasta ahora, tendrán que pelear por esos espacios.

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