Ivermectina es un medicamento polémico, ya que su uso para tratar COVID-19 no está recomendado por las autoridades sanitarias en el mundo y en México.
GUADALUPE JUÁREZ | @lupjmendez
Hasta el año pasado, la Secretaría de Salud en Puebla utilizó la Ivermectina –tratamiento desparasitario—como medicamento contra la COVID-19, confirmó el secretario de Salud, José Antonio Martínez.
Durante la conferencia matutina, el funcionario estatal explicó que su uso se implementó en pacientes contagiados al inicio de la pandemia, cuando no había un tratamiento definido para contrarrestar la enfermedad.
Sin embargo, aseguró que al hacer un estudio con pacientes tratados con este medicamento se notó que no tenía ningún efecto, por lo que dejaron de usarlo desde hace ocho meses. Además, el gobierno federal envió un comunicado en el que prohibía su uso.
“Sí lo estuvimos utilizando e hicimos una investigación con pacientes nuestros y aquí mismo en las conclusiones sacamos que no hubo ninguna diferencia entre darla o no en la enfermedad y dejamos de utilizarlo desde hace ocho meses”, dijo.
Pero no transparentan gasto
Datos del gobierno de Puebla sobre el gasto para atender la emergencia sanitaria en el estado indican un gasto de 430 millones 3 mil 879.05 pesos en la compra de medicamentos entre marzo a diciembre de 2020, entre ellos la ivermectina, aunque no desglosa la cifra de lo gastado para el tratamiento desparasitario.
Entre la lista de medicinas que dijeron haber comprado se encuentran los fármacos oncológicos para el Hospital del Niño Poblano, los del catálogo universal de servicios de salud y material de curación.
El uso de Ivermectina causó revuelo a nivel nacional después de que Animal político publicó que en Ciudad de México se utilizaron 29 millones de pesos para la compra de 293 mil cajas, repartidas a por lo menos 200 mil personas, a pesar de que las autoridades sanitarias habían recomendado no utilizarlo.
Desde junio de 2020, la organización Mundial de la Salud recomendó no utilizar los tratamientos de ivermectina como tratamiento contra el COVID, ya que no había evidencia para probar que fuera efectiva.