Se incrementan ataques con ácido y casos permanecen sin registro oficial

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Diseño: Verificado

Los ataques con ácido en contra de mujeres en el país han incrementado; uno de los casos más recientes ocurrió en Puebla.

MELINA BARBOSA | Verificado

Al mismo tiempo que Carmen Sánchez, sobreviviente de violencia ácida ingresaba a su cirugía numero 62, el pasado 26 de mayo ocurría otro ataque con ácido en contra de una profesora en las inmediaciones del SAT Angelópolis en Puebla.

La agresión perpetrada fue denunciada a través de Twitter por Priscila Trejo, una persona cercana a la víctima.

De acuerdo con la información proporcionada por Priscila, dos hombres que iban a bordo de una bicicleta interceptaron a la profesora y le gritaron «¡adiós guapa!», seguido de esto le rociaron un líquido en el cuerpo.

La docente inicialmente pensó que se trataba de orina, pero se percató de que la consistencia era aceitosa y comenzaba a quemarle la piel; por lo que pidió ayuda a su hija (vía telefónica) y ella fue quien le llevó bicarbonato de sodio y agua para neutralizar los efectos del ácido.

No obstante, posterior a la difusión del caso en redes sociales, el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta declaró que existen «muchas dudas sobre la veracidad» del caso dado que la víctima «no tenía la intención de denunciar» porque tenía miedo.

Ante esto, Priscila Trejo respondió por medio de una entrevista con Radio Fórmula que

La denuncia penal es un derecho de la víctima no una obligación. Hay que entender el impacto emocional en estos procesos de la denuncia porque implican desgaste físico, emocional y económico que casi siempre recae en la víctima.

En México denunciar un delito no es suficiente, recordemos el tamaño de la impunidad que impera en nuestro país donde un 94.8% de los delitos no tienen una resolución o una sentencia, pero tampoco un acuerdo entre las partes ni una reparación integral del daño; en muchos de los casos ni llegan a juicio y quedan varados en el archivo temporal.

Cifras y datos importantes sobre los ataques con ácido en México

Recordemos que Carmen Sánchez fue atacada por su ex pareja Efrén “N” en 2014 en el municipio de Ixtapaluca al oriente del Estado de México, y pese a que anticipadamente lo denunció por violencia ante las autoridades, ella no recibió la debida protección.

Carmen Sanchéz, activista y sobreviviente de ataque por ácido.

Derivado de la violencia ácida contra Carmen y ante el incremento de los casos de ataques con ácido en el país, surge la Fundación Carmen Sánchez en 2021.

Convirtiéndose en la primera asociación civil en México creada con el objetivo de prevenir, atender, erradicar, investigar y sancionar los ataques con ácido u otras sustancias corrosivas, que suceden por situaciones relacionadas con la violencia machista y el sistema cisheteropatriarcal.

En entrevista con Verificado, la activista Ximena Canseco, co-fundadora y  vicepresidenta de la Fundación Carmen Sánchez, nos explica que en México no existen cifras oficiales del número de ataques con ácido.

Sin embargo, la fundación hasta el momento ha registrado 33 casos de mujeres que han sido víctimas de violencia ácida en las últimas dos décadas, de las cuales 26 han logrado sobrevivir.

La fundación lleva a cabo el conteo de ataques con ácido considerando a las mujeres que se contactan directamente y los casos que se han hecho públicos en internet o redes sociales.

Por otro lado, Ximena Canseco señala que «desafortunadamente al no existir la figura jurídica del ataque con ácido en la mayoría de los códigos penales, la clasificación del delito queda asentada en sus carpetas de investigación como lesiones simples o lesiones dolosas, lo cual dificulta su contabilización».

Además, si una víctima llegara al sector de salud pública para atenderse de emergencia por una quemadura de este tipo, no hay ninguna categoría que indique como tal «ácido» en el agente de la lesión, sino que solo quedaría asentado como víctima por «sustancias químicas» y eso, a la hora de construir estadísticas, es muy impreciso.

En cuanto a ubicación, la Ciudad de México, Puebla y el Estado de México son las entidades con las cifras más altas de ataques con ácido en todo el país y respecto a la impartición de justicia, tan solo 7 agresores han sido vinculados a proceso mientras que en el 94% de los casos no ha habido una sentencia ni reparación integral del daño.

¿A quiénes van dirigidos los ataques?

La activista señala que estos ataques se dirigen principalmente a mujeres jóvenes de entre 20 y 30 años de edad.

Prácticamente todas las víctimas son madres y tuvieron hijos muy jóvenes (entre los 15 y los 18 años) lo cual profundizó la condición de vulnerabilidad en la que ya se encontraban.

Todas habían vivido violencia previa, incluso violencia feminicida y algunas de ellas habían interpuesto denuncias penales en contra de sus agresores antes del ataque con ácido. Y aunque es importante decir hacia quién van dirigidos estos ataques, también es importante reflexionar quién los comete.

En el 85% de los casos el agresor ha sido hombre y en el 60% de los casos el victimario era la pareja o la ex pareja sentimental de la víctima, pero en el 90% de los casos la víctima y el victimario se conocían e incluso tenían una relación de confianza.

La mayoría de los victimarios eran de clase baja, con secundaria o preparatoria también trunca, pero los hay de cuello blanco como el ex diputado y empresario Juan Antonio Vera Carrizal. ¿El común denominador? la impunidad en la que viven.

La violencia ácida es una forma de violencia extrema, en muchos casos, es la cúspide de la violencia familiar ejercida dentro de una relación de pareja, por lo que algunas víctimas previamente sufrieron violencia psicoemocional, física, sexual, patrimonial, económica o reproductiva.

En general se sugiere que la intención de los ataques con ácido no es asesinar sino castigar o destruir la vida social de las víctimas, provocando daños permanentes.

No obstante, la fundación Carmen Sánchez ha identificado víctimas mortales de forma casi inmediata como consecuencia de las quemaduras y debido a sepsis o a falla multiorgánica.

Por eso es que las sobrevivientes de violencia ácida continúan pugnando para que sus casos sean debidamente investigados y juzgados como tentativas de feminicidio.

Además, un ataque con ácido no solo pone en riesgo la vida y la integridad de las personas en el momento de la agresión, sino en los meses y años posteriores por el tipo de secuelas físicas, emocionales, psicosociales y económicas a las que se enfrentan las víctimas.

¿Qué debemos hacer ante un ataque con ácido?

  • Retirar la ropa y objetos que hayan estado en contacto con el ácido para evitar que la quemadura siga propagándose.
  • Es importante cortar la ropa con unas tijeras y que al hacerlo, se utilicen guantes de poliuretano para protegerse las manos.
  • Lavar con abundante agua, de preferencia tibia, por al menos 30 minutos o en lo que llegan los servicios de emergencia.
  • El agua es el único líquido que ayudará a remover el ácido.
  • En caso de que un ácido haya caído a los ojos, irrigar también con abundante agua.
  • Llamar en cuanto sea posible al 911 o al hospital de especialidades más cercano.
  • Verificar que se está acudiendo a una clínica donde atienden pacientes con quemaduras y donde contemplan protocolos de actuación, de no ser así podrían empeorar la gravedad de las lesiones.
  • Procurar no alterarse ni expresar la gravedad de la lesión ante la víctima.

* Ojo, en cuanto no se sepa qué tipo de sustancia química es, no se debe aplicar bicarbonato de sodio y menos algún tipo de jabón, pomadas, ungüentos, remedios caseros o medicamentos. *

¿Qué medidas hacen falta?

Ximena Canseco detalla que hacen falta campañas de prevención de la violencia masculina contra las mujeres, dirigidas ya no solo a las mujeres, sino también a los hombres. Al igual que deben implementarse medidas de protección a las personas que ya estén viviendo una situación de riesgo.

Y por otro lado, diseñar protocolos de atención médica especializada para las mujeres sobrevivientes de ataques con ácido, terapias de rehabilitación física, acompañamiento legal y terapéutico, empleos dignos, acceso a la educación, sistema de pensiones, sanciones ejemplares a los agresores y reparación integral del daño.

La vicepresidenta de la Fundación Carmen Sánchez enfatiza que no basta con que la prevención de la violencia se reduzca a un «sal de ahí» o «denuncia», porque en el 40% de los casos las mujeres ya habían terminado la relación en el momento del ataque y algunas de ellas, incluso ya habían denunciado de manera penal a sus agresores.

Hasta el momento, la falta de justicia y reparación integral del daño para las víctimas por ataques con ácido sigue pendiente, puesto que después de 8 años, a penas el pasado 11 de mayo se llevó a cabo la primera audiencia de juicio oral y tercera en el proceso del caso de Carmen Sánchez para solicitar una condena de mínimo 70 años para Efrén «N».

Por otro lado, la saxofonista oaxaqueña María Elena Ríos, quien fue atacada con ácido en 2019, recientemente compartió que su agresor finalmente tiene un auto de vinculación a proceso por el delito de feminicidio en grado de tentativa.

Sin embargo, a casi tres años del ataque con ácido contra María Elena Ríos, el hijo del ex diputado del PRI, Juan A. Vera Carrizal, quien es probable responsable del delito de tentativa de feminicidio, aún continúa evadiendo la justicia.

En cuanto a puebla, especialistas de química han solicitado un cambio en la regulación del comercio de ciertas sustancias y ácidos, pues la venta libre es un factor que también propicia que ocurran los ataques con ácido.

De igual manera, Raciel Flores Quijano, director del Área Química en la Universidad Popular Autónoma de Puebla (UPAEP), señaló durante una entrevista con Milenio que si bien la descomposición social en materia de seguridad y violencia de género impera en la entidad, es importante que a nivel industrial existan procesos y protocolos más estrictos para la compra y venta de materiales químicos.

Ya que al existir una amplia gama de productos que pueden adquirirse en cualquier establecimiento de artículos de limpieza para el hogar y sin ninguna dificultad, un mal uso de los mismos en efecto puede provocar la muerte y daños físicos permanentes.

Este texto fue publicado originalmente en Verificado. Manatí lo replica con previa autorización y con fines informativos.

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