¿Cuáles son los riesgos para el Primer Barrio Mágico de Puebla y su población? Esto nos dijeron algunos especialistas.
DIEGO RAMÍREZ | @dieguito_ramve
La designación de “San Francisco, el Origen” como el primer Barrio Mágico de Puebla conlleva riesgos para sus tradiciones y contenido patrimonial como consecuencia del agravamiento de la gentrificación y turistificación, de acuerdo con especialistas consultados por Manatí.
En este sentido, señalan que en los últimos 25 años, en la zona se observa una creciente participación de actores privados del sector inmobiliario que han adquirido propiedades para destinarlas a nuevos usos distintos a los existentes.
De continuar esta tendencia, aseguran, podría gestarse un mayor desplazamiento de la población originaria que resta en el área, invalidando en la práctica la designación federal que busca reconocer los “atractivos histórico-culturales” de esta.
Asimismo, la existencia de nuevos proyectos a nivel gubernamental como la posibilidad de construir un estacionamiento subterráneo y de intervenir el área con nueva infraestructura de transporte público plantean retos para compaginar los objetivos planteados.
A ello se le agregan los riesgos que implica encontrarse en una zona sísmica, así como formar parte del polígono de la Zona de Monumentos, que limita el desarrollo que puede tener la zona en virtud de la protección de su carácter tradicional.
Los especialistas invocan el precedente de las acciones de conservación implementadas tras la designación del Centro Histórico de Puebla como Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO, en 1987, como un referente positivo para la intervención pública en el nuevo Barrio Mágico de “San Francisco, el Origen”.
De esta forma, los barrios fundacionales de Puebla se encuentran en una encrucijada histórica, la cual podría dar paso a una renovada apertura al turismo y la inversión en beneficio de la comunidad, o bien, a una acelerada gentrificación y entrega al capital foráneo.
¿Para qué sirve esta designación?
Octavio Flores Hidalgo, profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), señala que toda denominación de esta naturaleza tiene la finalidad de “darle certeza jurídica y de protección a estos territorios”.
Del mismo modo, menciona que en el caso de la designación original de la UNESCO, sirvió para generar “una conciencia social” de que había que mejorar y proteger el patrimonio tangible e intangible.
De acuerdo con el especialista, “hay que entender que al nombrar esto como Patrimonio de la Humanidad hay que conservar los rasgos originarios de Puebla (…) si se altera, se puede perder la denominación”.
Por su parte, la especialista Claudia Marín, docente de la Universidad Iberoamericana Puebla, establece una diferencia entre el nombramiento de Patrimonio de la Humanidad realizado por la UNESCO, un organismo internacional, y el de Barrio Mágico, que lo hace la Secretaría de Turismo federal.
En este caso, el Barrio Mágico forma parte del polígono existente del Centro Histórico o Zona de Monumentos, pero como destaca la académica, la principal diferencia radica en que la gestión de los recursos proviene de fuentes diferentes.
En el mismo orden de ideas, hace una distinción entre el existente programa de Pueblos Mágicos con el más novedoso de los Barrios, puesto que aquel buscaba generar modos turísticos “en zonas cercanas a los centro urbanos, a los que puedes desplazarte en fines de semana”.
Sin embargo, el nuevo programa que actualmente abarca a 177 comunidades en el territorio nacional regresa el enfoque a las ciudades, con nuevas designaciones en zonas como la Ciudad de México, Monterrey, y Puebla.
¿Con qué atractivos cuenta la zona?
El área designada como Barrio Mágico tiene una población aproximada de 5 mil habitantes, y comprende los Barrios de El Alto, La Luz, Analco y San Francisco, conocidos por conformar la zona fundacional de Puebla a orillas del Río San Francisco.
Algunos de los principales puntos de interés cultural y turístico que allí se encuentran son el Convento de San Francisco, el Templo de Nuestra Señora de La Luz, la Parroquia del Santo Ángel Custodio de Analco, el Puente de Ovando, el Puente de Bubas, el Museo de la Memoria Histórica Universitaria así como los Mercados de El Alto y La Acocota.
Del mismo modo, diversas instituciones administrativas y de salud se hayan ubicadas en el área, tales como la sede del Gobierno del Estado, en Casa Aguayo, diversas dependencias de la Fiscalía General del Estado (FGE) y el Hospital de la Cruz Roja Estatal de Puebla.
Asimismo, múltiples instituciones educativas tales como la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) y la Escuela Libre de Derecho se encuentran asentadas en el área.
Entre sus principales atractivos inmateriales, destacan los conjuntos de mariachis y las cuadrillas de huehues del Barrio de El Alto, la oferta gastronómica del Mercado de El Alto, así como las festividades religiosas en los templos que allí se encuentran.
¿Cómo se encuentra actualmente?
La zona en cuestión actualmente presenta un marcado contraste con otras áreas del Centro Histórico de Puebla, donde es notable el abandono de casonas y propiedades que permanecen vacíos, en gran proceso de deterioro y sin ningún uso.
Del mismo modo, en muchos casos los matorrales invaden el interior de muchas de estas construcciones abandonadas, lo cual junto a la acumulación de basura generan problemas de salubridad.
En paralelo, también se ha visto un repunte en la inversión principalmente en el sector inmobiliario en el área, ello como consecuencia de la entrada de actores privados, muchos de ellos de origen extranjero.
Un catalizador de gran relevancia para este fenómeno fue el impulso que dio el gobernador Manuel Barlett a la construcción del Paseo San Francisco en la década de 1990, donde se encuentra el Centro de Convenciones “William O’Jenkins” y en la actualidad representa una importante área comercial.
De acuerdo con Claudia Marín, en los últimos 25 años algunos particulares han ido adquiriendo espacios, los cuales “han cambiado su vocación” de ser casas de familia para adquirir nuevos usos.
Se han convertido, según señala, en alojamientos para huéspedes temporales ofrecidos por medio de aplicaciones como Airbnb, así como en hoteles convencionales, oficinas e incluso departamentos orientados a nuevos habitantes.
Según comenta el doctor Flores Hidalgo, esta situación se ha intensificado desde la pandemia de COVID-19, con la llegada de inversionistas extranjeros interesados en el sector inmobiliario.
Ambos expertos coinciden en que un factor que impulsa este fenómeno es el fallecimiento o abandono del área por parte de un gran número de sus habitantes, muchos de ellos adultos mayores.
Según la maestra Marín, esto ocasiona que los inmuebles queden en medio de conflictos de sucesión testamentaria o de herencia, o bien, que no sean ocupados al no contar con las características de habitabilidad deseadas.
En este sentido, relata que la falta de acceso adecuado al agua potable es una de las carencias que impulsan el abandono de estos espacios.
Por su parte, el doctor Flores Hidalgo menciona que esto ha tenido el efecto colateral de ocasionar el fracaso de numerosas iniciativas para la reactivación de la vida cultural del área.
Mencionó que una iniciativa para recuperar el recorrido de El Calvario por Mari Cruz Gómez de Alvear, en función de las distintas estaciones religiosas, fracasó precisamente debido a la ausencia de los pobladores tradicionales que podrían haber participado en dichas actividades.
El primer cuadro
En contraste con el abandono y deterioro al oriente del Bulevar 5 de Mayo, señala Marín que del otro lado del Centro Histórico de Puebla se observa un constante esfuerzo e inversión por parte de las autoridades por mejorar la imagen urbana y la estética de la zona.
Fue en esta área donde, a partir de 1987, tuvo lugar una transformación importante con la designación de Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO.
Al igual que en el polígono del nuevo Barrio Mágico de San Francisco, en otras áreas del Centro Histórico tuvo lugar el abandono de numerosas propiedades a causa del desplazamiento de la población hacia otra áreas de la creciente mancha urbana.
Ante esto, y tras formalizarse nombramiento por parte de la UNESCO, empezó a gestarse un esfuerzo por proteger y mejorar la imagen del primer cuadro de la ciudad, precisamente con el propósito de generar mayor integración social y fomentar el turismo.
Señala Marín que “empezamos a generar campañas de difusión, campañas de restauración, vamos a ver que muchas casas se empiezan a recuperar” en esta área.
Sin embargo, menciona el doctor Flores Hidalgo que estas acciones generaron una reacción negativa en muchos sectores, ello debido a los altos costos para intervenir y mejorar el espacio para hacerlos de uso para la ciudadanía.
Para aquellos que no estaban de acuerdo o no deseaban costear y participar en estas renovaciones, la opción fue vender sus propiedades y abandonar el área, lo cual dio paso al levantamiento de hoteles “boutique”, viviendas verticales, museos, entre otros.
Destaca que acciones como la peatonalización de las vialidades, que han resultado de esta intervención del primer cuadro de la ciudad, “han mejorado las condiciones y dinámicas sociales” en el Centro Histórico.
¿Qué puede venir ahora?
El doctor Flores Hidalgo asegura que, aunado a los factores ya mencionados, cualquier iniciativa o proyecto público o privado para intervenir la zona se va a enfrentar con el carácter sísmico del terreno, así como con las limitaciones legales que implica construir en la Zona de Monumentos.
Mencionó el intento del fallecido gobernador Rafael Moreno Valle Rosas de instalar un teleférico desde el Centro Histórico a Los Fuertes, mismo que no pudo concretarse, y lo comparó con la iniciativa actual del Cablebús que se plantea para la zona de Casa Aguayo, que forma parte del Barrio Mágico.
Del mismo modo se expresa de propuestas como la construcción de un estacionamiento subterráneo y de un proyecto de vivienda, mismas que fueron contempladas por el también difunto gobernador Miguel Barbosa Huerta, así como por el gobernador electo Alejandro Armenta.
Enfatiza que estas circunstancias dificultan cualquier intervención y podrían ir en contra de las protecciones dispuestas para esta área histórica.
Por su parte, la maestra Marín recuerda que distintas propuestas para la protección y rehabilitación del patrimonio arquitectónico de la zona fundacional han fracasado por los constantes “cambios de mano” de las propiedades y el fallecimiento o desplazamiento de sus habitantes originales.
Destaca que si bien es positiva la designación como Barrio Mágico, la renovada llegada de nuevos habitantes, vacacionistas y nuevos proyectos que pueden alterar el carácter de la zona generan interrogantes sobre qué tan efectiva será para cumplir su propósito.
“Si estamos declarando un Barrio Mágico por su contenido patrimonial, por su tradición (…) estos intangibles que genera la propia comunidad a través de su permanencia, y los desplazamos… ¿entonces dónde va a quedar la magia del barrio?”, concluyó.