José y el Toro regresó a Puebla para dar un concierto como parte de su gira La Vida Lenta
Texto: Victoria Aguilar
Fotografías: Eduardo Gómez & Victoria Aguilar
Puebla vivió una noche inolvidable este domingo 29 de junio de 2025, cuando José y el Toro llegó a la Sala Forum como parte de su gira La Vida Lenta, una propuesta musical que invita a pausar el caos diario y rendirse ante los boleros contemporáneos y letras introspectivas.
Originario de San Cristóbal, Venezuela, José y el Toro ha construido su proyecto desde una dualidad personal: José representa la razón y el Toro la emoción. Antes de lanzarse como solista, integró una banda de rock, pero descubrió que su verdadera voz estaba en la guitarra acústica y en las letras que hablaban de lo cotidiano, del amor simple y de las preguntas sin respuesta. Así nació un concepto que fusiona bolero, balada eléctrica, indie folk, hip-hop y pop, con una clara intención: romantizar la vida cotidiana y ser, como él dice, “una sopita de pollo para el alma”.

Puebla, que ya había recibido al músico en mayo de 2024 con dos funciones sold out en Foro Museba, fue de nuevo testigo de la conexión que ha construido con el público mexicano. La fuerte demanda de boletos provocó que esta nueva cita se mudara a Sala Forum, para permitir que más asistentes disfrutaran de su propuesta cargada de nostalgia, romanticismo y sinceridad.
Antes de su actuación, el escenario vibró con el talento local de dos proyectos que no dejaron indiferente a nadie:
Tufic
Originario de Puebla, Óscar Tufic ha convertido su tartamudez en un elemento artístico distintivo, creando una fusión de cumbia, bolero y pop psicodélico. Canciones como La Cumbia Tartamuda y En Popopopocas Palabras arrancaron sonrisas y suspiros al público, dejando claro que la vulnerabilidad y el humor pueden convivir con la elegancia de un bolero sin perder fuerza.

Licenciado Cariño
Con su propuesta de “rolitas cursis y sintetosas”, Licenciado Cariño hizo bailar lento a los asistentes, con temas como Morrita Futura, Fórmula y Quiero Quererte, ideales para corazones sensibles y bailes de ojos cerrados.

Desde el segundo en que José pisó el escenario, la atmósfera se llenó de ternura y emoción. El momento más entrañable de la noche llegó gracias a los asistentes más jóvenes del evento, un par de niños que, acompañados de sus padres, no ocultaron su fanatismo. Entre gritos de emoción al ver su llegada, provocaron sonrisas cómplices en todo el público, contagiando ese ambiente de calidez y romanticismo que caracteriza los shows del venezolano.
Uno de los grandes regalos de la noche fue cuando José y el Toro invitó a ambos músicos a subir al escenario. Juntos interpretaron Mi Alma Gemela y Mi Cielo, en una colaboración espontánea y emotiva que demostró que la escena independiente sigue viva, unida y rebosante de talento.
Pese a la lluvia que cayó esa tarde, los asistentes abarrotaron el lugar, decididos a detener el tiempo durante poco más de dos horas para dejarse llevar por ese bolero moderno que José y el Toro ha perfeccionado.

Esta velada no solo confirmó el cariño que Puebla tiene por el venezolano, sino que también dejó claro que su proyecto sigue ganando terreno en México, agotando fechas, consolidando colaboraciones y conectando con esas emociones que todos hemos sentido, pero a veces no sabemos cómo nombrar.
La Vida Lenta Tour sigue su curso, pero Puebla ya puede presumir haber vivido una de sus noches más íntimas y entrañables.