Por Jessica Badillo de Más Que Una Hincha
La semana pasada había dos formas de escribir este texto: desde la tristeza o desde el enojo. Hoy se puede escribir con la mente más despejada y los objetivos claros.
El 15 de octubre Marbella Ibarra fue encontrada muerta luego de haber sido reportada como desaparecida desde el 19 de septiembre. La fundadora del primer equipo femenil profesional de México, Xolas de Tijuana, fue encontrada envuelta en plástico, con las manos y pies atados.
Mar había sido secuestrada y golpeada hasta morir. Asesinato y feminicidio fueron palabras que casi no se vieron en los medios que cubrieron la noticia. Hasta el momento en que se redacta este texto, la Liga MX Femenil no se ha pronunciado, tampoco lo ha hecho el equipo Xolos de Tijuana. Muy poco se ha sabido acerca de las investigaciones que se están haciendo sobre el caso y los medios parecen haber olvidado la noticia.
Pero a pesar de que lo negativo pesa como una lápida, también hay muchas cosas positivas para hablar sobre lo que Mar nos dio y lo que nos deja para la posteridad.
En 2014 formó el primer equipo femenil filial de un equipo varonil de la Liga MX. Bajo el nombre de Xolas de Tijuana, nacía un equipo histórico que disputó torneos en Estados Unidos y Europa, antes de la creación de la Liga MX Femenil.
Fue justo en ese momento donde Mar se separó del equipo y comenzó a prepararse. Le faltaba menos de un año para graduarse como directora técnica. Ella planeaba regresar a Xolas y volverlas campeonas.
La muerte de Marbella Ibarra lastima en lo más profundo del corazón porque es una mujer más a la que se le cercenaron los sueños, como tantas que mueren todos los días en México gracias a la impunidad e indiferencia de las autoridades.
Su proyecto más reciente es una organización llamada Ellas juegan con la cual se pretende que todas las niñas y jóvenes tengan los medios suficientes para poder ser futbolistas profesionales.
Mar Ibarra no seguirá alimentando el futbol femenil con su conocimiento, su experiencia… y más allá de lo profesional no seguirá iluminando la vida de los que la amaban, aunque, sin duda alguna el legado de Mar vive en cada uno de los que disfrutamos y promovemos el futbol femenil.
Ella dio primeros pasos sumamente importantes para la causa y abrió el camino para que el día de hoy muchas chicas tengan acceso a cumplir su sueño.
Gracias por todo, Mar. Nunca te olvidaremos.