Por Jessica Badillo de Más Que Una Hincha
La semana pasada prometí hablar acerca del Mundial Femenil Italia 1970 pero encontré muy poca información sobre la que fue la primera competición internacional de selecciones de futbol femenil. México fue uno de los participantes, quedando en tercer lugar con marcador de 9-0 sobre Austria. Las anfitrionas quedaron en segundo y Dinamarca se llevó el primer lugar.
En 1971 México fue sede de la segunda edición de esta competencia que no fue organizada por la FIFA. México, Italia, Inglaterra, Francia, Argentina y Dinamarca fueron las selecciones invitadas que se dividieron en dos grupos, el A jugó en el Estadio Azteca y el B en el Jalisco.
Tal y como ocurrió en el primer Mundial, México se enfrentó a Italia en semifinales; en donde, de acuerdo con los diarios que cubrieron el evento, las decisiones arbitrales hicieron que las italianas reclamaran y agredieran verbalmente a los silbantes y a las locales.
Luego de este partido, las seleccionadas mexicanas se reunieron con el comité organizador para pedir apoyo económico, el cual no recibían al ser consideradas amateur. Se habló de una posibilidad de no jugar la final contra Dinamarca pero al final se jugó aun sin recibir apoyos y tres goles de las danesas marcaron su bicampeonato ante unas locales que tuvieron el apoyo de su afición pero no el de los organizadores.
Cerca de 80 mil personas asistieron a la inauguración y el número aproximado se volvió a repetir en la final. Pocos registros oficiales se tienen de la asistencia a los partidos. La cobertura mediática se limitó a transmitir los partidos de México y a notas de periódico con los resultados.
Han pasado casi 48 años desde ese momento y es apenas cuando se dan los primeros pasos hacia la igualdad de oportunidades en el futbol femenil. Tenemos una liga profesional pero seguimos teniendo equipos que reciben sueldos muy bajos, que no juegan en estadios, que no son transmitidos por televisión, jugadoras que tienen que viajar horas para entrenar y que no son respetadas por los medios de comunicación.
Esta nueva generación de jugadoras carga con el legado de las primeras que se atrevieron a adentrarse a un mundo “de hombres”; nosotros, como afición y como medios de comunicación tenemos la oportunidad de apoyar y visibilizar los esfuerzos que se están haciendo en la lucha por un futbol donde los hombres y las mujeres tengan las mismas oportunidades.
Los textos publicados en la sección “Opinión” son responsabilidad del autor/a y no necesariamente reflejan la línea editorial de Manatí.
Excelentes labor difundir el Futbol Femenil, saludos