Por Jessica Badillo de Más Que Una Hincha
El fin de semana pasado el futbol en España dio una mala noticia. Mientras se disputaba un partido femenil de la segunda división entre Terrassa B y EF Viladecavalls, el equipo de los Veteranos de Terrassa (que jugaba después de este partido) insultó a las jugadoras con ofensas machistas que fueron recogidas en la cédula arbitral y que generaron la suspensión del juego en el minuto 75.
Posteriormente, las jugadoras de ambos equipos se plantaron en la cancha con pancartas a manera de protesta, por lo que impidieron que se desarrollara el juego de la división de Veteranos.
Al principio, el Club Terrassa emitió un comunicado condenando los hechos y días después informó que retiraría a su equipo de Veteranos; a su vez la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) expresó su rechazo a lo sucedido.
Este acto nos muestra muchas realidades que el futbol mundial ha querido ignorar. En primera, nos deja ver claramente que el machismo existe hasta en el “primer mundo” que alberga las mejores ligas del planeta.
También nos dice que algunos ex futbolistas profesionales consideran las ligas femeniles como inferiores.
Los equipos de Veteranos normalmente son creados para que los jugadores retirados se mantengan en actividad, si bien existen ligas y competiciones, todas estas son a nivel amateur, a diferencia de la femenil B de España que es de alto rendimiento. Los Veteranos juegan por diversión, para mantenerse activos y en ocasiones para tener ingresos extra en casa. La liga femenil B de España compite por ascender a primera división.
Si esto ocurre a nivel profesional, con clubes respaldados por grandes instituciones, imagínense lo que ocurre en el barrio, donde los equipos de mujeres tienen que pelearse los espacios o lidiar con “reservaciones”, un servicio que a veces no está disponible para los equipos femeniles.
Y esto no inicia aquí, este problema comienza en la escuela, desde pequeños los niños forman sus equipos en donde no entran las mujeres, los coordinadores deportivos de ciertas escuelas no prestan las canchas a las niñas porque no tienen un equipo completo o porque los niños deben entrenar para torneos que muchas veces no tienen división femenil.
Traemos la idea de dividir por género y de solo disfrutar un tipo de futbol porque así nos enseñaron desde pequeños.
¿Alguna vez han escuchado a alguien decirle a los niños que se sienten y les echen porra a las niñas durante un partido? ¿Han visto que en una escuela pare clases por ver el mundial femenil? ¿Alguien ha salido de su trabajo para ver la Champions Femenina?
La respuesta la tienen ustedes.
Por cierto, si nadie nos enseñó a apreciar el futbol femenil. ¿Por qué no empezar nosotros? ¿Por qué no ser nosotros los que sentemos a las nuevas generaciones a ver los emocionantes partidos de lunes por la noche de Liga MX Femenil? Alguien tiene que poner el ejemplo y acabar con estas conductas que no son dignas del deporte más hermoso del mundo.
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Fotografía de portada BBC