Por Jessica Badillo de Más Que Una Hincha
En los últimos días se ha hablado de que los dueños de los equipos de la Liga MX estarían por pedir que los equipos femeniles ya no sean obligatorios debido a que los ven como un gasto. De hacerse realidad su petición, nuestra recién creada liga se reduciría entre un treinta y un cincuenta por cierto, de acuerdo a los reportes trascendidos en diversos medios.
Tal vez muchas personas puedan tomar el enfoque de las ganancias y argumentar que el futbol femenil no genera lo mismo que el varonil y que no es rentable. Pero, seamos honestos, pocos son los negocios en los que las ganancias reales se ven en los primeros años.
El futbol puede ser visto como un negocio porque se genera un espectáculo donde hay ganancias por la compra de un producto (la imagen del equipo) y la adquisición de un servicio (el entretenimiento).
Pero el soccer no es un negocio cualquiera, es algo que se mueve de forma pasional, donde las decisiones pocas veces se toman pensando en el bien del equipo o del juego. En la actualidad se ha convertido en un negocio del que se espera obtener ganancias de cualquier forma, por eso cuando una idea que surge por el bien del futbol viene a poner en riesgo sus ganancias, los dueños se ven amenazados.
Nadie dijo que la Liga MX Femenil iba a ser un éxito al inicio y aún así, varios partidos del primer torneo figuran en el récord mundial de mayor asistencia. Sabíamos que no sería fácil atraer a la afición a los estadios y aún así, varios partidos han tenido mayor asistencia que partidos del Ascenso MX.
Nadie pensó que la afición se pudiera identificar con los equipos y aquí hemos tenido a dos equipos en el top 5 de interacciones en redes sociales a nivel mundial. Dijeron que nadie vería el futbol femenil y ahora los partidos de lunes por la noche son imprescindibles para muchos que han encontrado mayor acción ahí que en la ligas varoniles.
Llevamos tres torneos y medio, considero que las expectativas se han rebasado, queda mucho por hacer pero vamos por un buen camino, a mayor velocidad de la esperada y con muchos más éxitos que fracasos.
No se necesita ser un experto para saber que los equipos con malos resultados son reflejo de malas directivas que ven a este futbol como un gasto. Qué raro que ellos mismos esperen que alguien más resuelva una situación que está completamente en sus manos.
Aceptémoslo, ningún equipo de la Liga MX está en números rojos y si lo están, no es por culpa de la Liga MX femenil cuyas jugadoras no perciben los mismos salarios, no viajan en primera clase, ni han tenido traspasos millonarios como sus similares masculinos. Algunos equipos ni siquiera juegan en el mismo estadio.
¿Por qué los dueños de los equipos mexicanos piensan que es un gasto el poder tener las facilidades de manejar dos equipos que podrían rendir y a la larga generar las mismas ganancias? Si el dinero es lo suyo, pregúntenle a Tigres, a Monterrey o a Chivas qué tal se siente tener dos buenas asistencias en su estadio en la misma jornada.
Solo es cuestión de darle una oportunidad al futbol femenil, una oportunidad que podría cambiar a toda una generación.
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