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[mks_dropcap style=”square” size=”52″ bg_color=”#418d43″ txt_color=”#ffffff”]S[/mks_dropcap]alir de viaje es una experiencia que debe resultar memorable, con fotografías y video como testigo. Pero algunos destinos suelen poner barreras para ello, la mayor parte del tiempo de manera involuntaria y sin afán de causar daños. Por ello es importante tener presente algunas recomendaciones para que los viajes sean todo incluido, libres de obstáculos y para todas las personas sin excepción.
Para empezar hay que mencionar qué es turismo accesible y por qué cobra relevancia al hablar de viajes todo incluido. Se trata de generar espacios con la infraestructura adecuada para el libre tránsito y disfrute de todas las personas, sin importar condiciones. El turismo accesible se une con otro concepto para lograr lo anterior: el de diseño universal, que con sus ajustes y reglas permite un tránsito libre y sin barreras.
Estas modificaciones se extienden a vehículos y hasta espacios históricos o de disfrute en el exterior, como las playas. Pero hay más áreas que deben influir a la hora de realizar un viaje y que éste sea hacia la diversión y la no discriminación. Si sigues leyendo encontrarás algunas recomendaciones para un viaje todo incluido en materia de transporte, destinos y actividades.
Lo que los paquetes vacacionales deben incluir
Las vacaciones comienzan con la selección del destino y la compra de boletos para asistir a ese lugar de descanso. Una buena parte de la población realiza esta transacción en línea, para ser más específicos el 54% de los internautas mexicanos. Las páginas de las aerolíneas deben estar preparadas para que esa búsqueda sea accesible a públicos con debilidad visual o incluso alguna discapacidad intelectual o psicosocial.
Dentro de las compañías que cuentan con este ajuste se encuentran Aeroméxico, Volaris y Vivaerobus, según el ranking realizado por la consultoría A11yLab. Sin embargo el nivel de accesibilidad sigue siendo bajo en comparación con otras aerolíneas que son de alcance internacional como Lufthansa o Delta Airlines, en las que incluso se ofrece la reserva de servicios asistenciales para el vuelo.
Sobre este último punto debe señalarse que son los usuarios quienes solicitan la asistencia, pues no todas las condiciones discapacitantes requieren cuidados o acompañamiento. Esto debe notificarse al aeropuerto para que la asistencia comience desde la llegada al inmueble y continúe durante todo el trayecto. La aerolínea no debe (ni puede) intuir lo que requiere un pasajero, pues atenta contra su autonomía y puede incurrir en discriminación.
Lo anterior ocurrió entre 2014 y 2015 cuando la aerolínea Volaris impidió el acceso a un joven con síndrome de Down a una de sus unidades, argumentando la falta de un cuidador o guía. El mismo caso se presentó con la atleta Yazmith Bataz, quien tuvo que recurrir a dos desconocidos para que firmaran como sus cuidadores, a pesar de no requerir ningún tipo de asistencia ni para ir al baño.
La capacitación a estas compañías y al personal aéreo en general continúa, pues cada vez más se enfrentan a situaciones en las que requieren una formación especializada en la atención a clientes. Instituciones como el Consejo Nacional para Prevenir y Erradicar la Discriminación (CONAPRED) han fungido como acompañantes en el proceso, así como organizaciones especializadas en el trabajo con y para personas con discapacidad.
Así son los hoteles todo incluido y el alojamiento para las personas con discapacidad
El alojamiento debe considerar también adecuaciones al momento de la reserva. Las aplicaciones Airbnb, Booking y Hundredrooms cuentan con opciones para encontrar un inmueble que cuente con todos los servicios y, aunque se hace énfasis en discapacidades físicas, los desarrolladores web y de aplicación procuran que pueda consultarse por toda clase de usuarios con la menor cantidad de contratiempos.
Ya en el inmueble deben considerarse algunos elementos como el espacio suficiente para la entrada de sillas de rueda o guías para personas con discapacidad visual. Pero también debe tomarse en cuenta las necesidades de la población con discapacidad auditiva y proveerlos de servicios de despertador adecuados o de alarmas en caso de emergencia durante las vacaciones.
También es importante recordar que hay discapacidades “menos visibles” como el autismo o las psicosociales. Para ello se requiere un personal sensibilizado y preparado ante posibles crisis, además de una construcción adecuada que no produzca ataques de ansiedad o esquizofrenia. De igual forma el manejo de colores debe tomarse en cuenta, esto con el fin de no producir convulsiones a huéspedes que las sufran por algún tipo de condición.