LUIS CONDE | @luis_cond
Noventa y cinco murales resguardan la identidad e historia de familias asentadas en puntos casi olvidados de la ciudad de Puebla. Son zonas con una deuda histórica casi incontable: lugares olvidados por administraciones, asolados por delincuencia y que a la vez arrastran un estigma difícil de sobrellevar.
Son las juntas auxiliares de San Andrés Azumiatla y La Resurrección, así como la unidad habitacional La Margarita, en donde el talento de artistas y el esfuerzo de voluntarios hicieron posible darle una nueva cara a las paredes, que a partir de ahora cuentan la historia y vivencias de los pobladores gracias a la intervención y recuperación del espacio público.
La unión de esfuerzos entre el Ayuntamiento de Puebla, a través del Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMACP) , el Colectivo Tomate y Comex, Por un México Bien Hecho logró darle voz a muros que hoy relatan historias de identidad y resistencia comunitaria.
El inicio para compartir desde el espacio público
Hace diez años, Colectivo Tomate emprendió la misión de difundir un mensaje clave en la mejora del entorno: inspirar. Inspirar a personas a transformar el entorno y a no dejar en otros lo que puede hacerse con las propias manos es la razón de ser de este colectivo, que, según Maribel Benítez, codirectora de Tomate, los ha llevado a conquistar poco a poco el corazón de comunidades que se unen a la recuperación del espacio urbano para compartirlo.
La Ciudad Mural más grande de México
Plasmar el sentir y pensar de familias en muros no es una labor que se haga a la ligera. Los 42 muralistas (21 locales y 21 del resto del país) convivieron durante dos meses con familias y la comunidad para poder llevar sus historias a las paredes.
En cada una de las sedes participaron 14 artistas, quienes se unieron a actividades diseñadas para mejorar la interacción y conseguir ser parte de la comunidad. Dentro del trabajo de integración se ofrecieron 66 talleres, 33 funciones de conciertos, teatro, danza y encuentros artísticos que ayudaron tanto a los habitantes como a artistas conocerse entre sí.
Fue gracias a esto que la recuperación de espacios a través del arte y la comunidad se convirtió en una realidad. De acuerdo con Mai Hernández, directora de operaciones de Comex, Por Un México Bien Hecho, este tipo de acciones han beneficiado a 3 millones y medio de personas en el país.
Además, según dijo, más del 86 por ciento de las personas que han sido parte de esta hazaña reconoce su capacidad de acción para resolver problemas relacionados con su entorno y de manera conjunta; más del 90 por ciento de las personas reconocen sus espacios como propios y seguros y más del 82 por ciento reconoció que gracias a los murales se desató la actividad turística y cambió la percepción del entorno hacia planos positivos.
“En los muros está el reflejo no sólo de su cultura, sino que se convertirán en un punto de encuentro para compartir desde el espacio público”.
Mai Hernández, directora de operaciones de Comex, Por Un México Bien Hecho
Fue justamente esa visión de recuperar el espacio lo que dio como resultado este proyecto de Ciudad Mural, el más grande hasta la fecha, que se integra por 3 mil 750 metros de paredes intervenidas y en los cuales se destinaron mil 566 litros de pintura, 900 aerosoles y en donde no sólo trabajaron artistas, sino más de 150 voluntarios y 90 familias que decidieron compartir su historia.
La inauguración de estos murales se hará los próximos 30 y 31 de agosto, así como el 1 de septiembre, donde habrá actividades artísticas y conciertos.
Foto de portada: Cortesía Colectivo Tomate