JESSICA BADILLO | @MasQueUnaHincha
Pareciera que no puede pasar ni un mes y ya estamos envueltos en otra controversia derivada del acoso que existe en el futbol femenil. En esta ocasión involucra a la Liga MX y a los árbitros. Una situación que se pudo prevenir pero que al final volvió a abrir la conversación y generó al menos una buena solución.
Después del partido entre Puebla y Cruz Azul de la jornada 17 del Apertura 2019 la capitana del Puebla, María José López denunció que los árbitros (todos hombres) llevaron a cabo revisiones invasivas durante el protocolo previo al partido.
A las jugadoras se les pidió que mostraran la parte superior de su ropa interior para ver si no traían licra de otro tono, el pequeño detalle es que su short era BLANCO.
En los 5 años que llevo siendo parte de un equipo de futbol, jamás he visto que las revisiones de licra se hagan en la parte superior del short, siempre han sido a la altura de los muslos.
La revisión tenía que hacerse, eso nadie lo contradice. Pero, ¿por qué no había al menos una mujer en la cuarteta arbitral? Es difícil tener mujeres árbitros, pero no es la jornada 1 del primer torneo de la liga femenil. Ya llevamos 5 torneos, alguien debió de haber estado trabajando para apoyar el crecimiento del arbitraje femenil a la par del futbol.
No fue sino hasta que las jugadoras denunciaron y los medios hicieron eco de esta situación que la Federación Mexicana de Futbol (FMF) anunció que, a partir de ahora, todos los partidos de la liga femenil contarán con al menos una mujer en la cuarteta arbitral. Una regla tan básica que muchos dimos por sentado que ya existía.
Pero eso no es lo que queríamos de la FMF, queríamos una investigación a fondo, una confrontación con los responsables, una sanción y por qué no, la inhabilitación de los infractores. No podemos permitir que presuntos acosadores sigan estando en una posición de poder cada semana ante mujeres (algunas menores de edad) que ya de por sí son vulnerables por el simple hecho de ser mujeres, jugar futbol profesional y vivir en México.
No solo hubiera sido una gran advertencia para aquellos que pensaran en abusar de su poder dentro de la Liga MX Femenil, sino una declaración de los principios con los que esta liga se maneja o se tendría que manejar y que podría haberla puesto a la vanguardia en un país cada vez más azotado por feminicidios y violencia en general hacia la mujer.
Este hecho fortaleció la comunidad que existe entre los involucrados en la Liga MX femenil y nos permitió aprender desde cada uno de nuestros puestos, cómo manejar y comunicar un hecho de esta magnitud.
Esta jornada nos demostró que el futbol es un reflejo de nuestro país en lo malo, pero también en lo bueno porque nos unimos para denunciar y en ningún momento permitimos que las afectadas se sintieran solas. Porque aunque las instituciones no nos respalden, la comunidad prevalecerá. Porque nadie nos va a quitar las ganas de hacer lo que nos gusta.
Gracias Puebla femenil por no dejarse y no quedarse calladas. Gracias María José López por ser una capitana ejemplar y alzar la voz por tus compañeras, pero también e indirectamente, por todas las mujeres en nuestro futbol que han sufrido situaciones similares y que esta semana vieron que no todo está perdido.
Ni siquiera le dedicaré un párrafo completo a aquellos que utilizaron este hecho para sacar su machismo en la sección de comentarios de redes sociales. El futbol femenil en México ya está más allá de los pensamientos retrógradas; ya no se trata de si las mujeres podemos o no jugar, ahora se trata de contribuir a que este juego avance y vaya a la par de un crecimiento mundial que está teniendo el futbol femenil.
Hablemos para denunciar y para contribuir. Tengamos la humildad de aprender, para educarnos, para sensibilizarnos. Busquemos la forma de ver en nosotros mismos lo que estamos haciendo para sumar a este desarrollo que ya no puede ser parado y si no estamos sumando, dejemos de estorbar.
Fotografía de portada: Frame Sport
Los textos publicados en la sección “Opinión” son responsabilidad del autor/a y no necesariamente reflejan la línea editorial de Manatí.