El conflicto legal de dos patronatos y la toma del campus de la UDLAP provoca que sus alumnos lidien con problemas educativos, administrativos y emocionales.
GUADALUPE JUÁREZ | @lupjmendez
Terminaba junio y todo indicaba que la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) sería de las primeras instituciones en regresar a clases presenciales en el país. Pero la toma armada de policías estatales de las instalaciones lo cambiaría todo.
Han pasado más de 100 días desde entonces. Y los alumnos quedaron en medio de ese conflicto legal entre la familia Jenkins y el gobierno estatal, que impuso un nuevo patronato. La incertidumbre y varios problemas han complicado su vida universitaria.
Luis Rosas, presidente del Poder Ejecutivo del Consejo Estudiantil de la Universidad de las Américas Puebla (CEUDLAP), comparte a Manatí las complicaciones a las que se enfrentan.
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La incertidumbre del regreso a clases
Aunque esperaban que se reanudaran las clases presenciales en agosto, la toma del campus por policías estatales y el pleito legal entre los dos patronatos ha ocasionado que varios alumnos valoren en si darse de baja este ciclo escolar, o esperar si el conflicto se resuelve.
Otros estudiantes se preguntan si la universidad conservará el mismo prestigio y todos los certificados de acreditadoras internacionales.
También, hubo quienes ya habían rentado casas y departamentos cerca de la universidad y al frustrarse el retorno al campus, ya no pudieron volver a vivir ahí.
Depresión: el (falso) comienzo de una vida universitaria
Debido a la contingencia sanitaria y a la situación de la UDLAP, hay alumnos que han padecido depresión, pues no viven la etapa universitaria como lo habían planeado. La vida universitaria ha quedado reducida a sesiones de zoom.
Además, como se sabe, la depresión y la ansiedad han aumentado hasta 25% en todo el mundo durante la pandemia por covid-19.
Titulación y documentos
A pesar de que las clases virtuales y los trámites académicos no han presentado un problema para los alumnos en la inscripción o para tomar sus clases, sí ha sido un inconveniente para quienes se titulan.
Debido a que el campus no ha sido liberado, hay alumnos que no han podido llevar a cabo su trámite de titulación, como lo harían si regresaran a las instalaciones.
Otra dificultad que enfrentan es la recuperación de sus documentos originales para otros trámites, pues permanecen en el campus y no han podido tener acceso a ellos.
Actividades culturales y deportivas
Los equipos deportivos y grupos culturales siguen sus actividades a distancia, lo que considera Luis Rosas que los pone en desventaja frente a otras universidades con las que suelen competir, y que ya pudieron retomar sus actividades presenciales.
Por ahora, los equipos ya no pueden entrenar como lo hacían en el campus y cada uno debe buscar la forma de mantenerse unidos y listos para las competencias que se avecinan.
De hecho, el equipo de futbol americano de la universidad, los Aztecas UDLAP, anunció recientemente que no participaría en la Liga de la Organización Estudiantil de Futbol Americano (ONEFA) por no tener ondiciones necesarias para salvaguardar la integridad de sus estudiantes deportistas.
¿Qué sigue para los estudiantes?
Ya que no tienen incidencia en el conflicto legal, los alumnos han decidido mantener las protestas para exigir la recuperación del campus. La protesta más reciente (y también la más numerosa) se realizó el 9 de octubre, en las inmediaciones de la universidad y de las vialidades hacia Cholula, en una larga caravana que reunió a cientos de estudiantes.
“Como estudiantes estamos muy molestos de que llevamos más de 100 días en nuestra universidad que han sido tomadas con armas, toma violenta y que no se haya respetado el estado de derecho que si hay un proceso legal, no se debe de meter a la vida universitaria, está afectando a la universidad”, lamenta Luis.