Por Carlos Galeana / @CarlosGaleanaB

Era 2012, año en el que por primera vez voté para escoger a un presidente de la república; en ese entonces tenía 18 años. Andrés Manuel López Obrador, Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota y Gabriel Quadri eran los candidatos.

¿Se acuerdan lo que pasó el 11 de mayo de este año?, exacto, los asesores de Enrique Peña Nieto comenzaron a preocuparse debido a que tuvo un día negro: fue corrido a gritos –y zapatazos– por estudiantes de la Ibero Santa Fe.

Días después surgió el movimiento #YoSoy132, aquel que buscaba la democratización de los medios y piso parejo para los candidatos en los medios de información. Sin duda generó esperanza, las calles eran recuperadas principalmente por jóvenes, las personas que íbamos a marchar nos veíamos por igual, como se hace en los movimientos antes de ser corrompidos, aquí no importaba si estudiabas o no, tampoco si eras de escuela pública o privada, todos buscábamos cambiar eso que sentíamos que estaba mal en nuestro país.

Hablo en pasado, porque a veces me deprimo y pienso que todo quedó ahí, sólo en notas de medios de comunicación, artículos académicos y en algún rincón de nuestras memorias.

Es por eso que a 5 años de gritar a los cuatro vientos “Yo Soy 132”, tengo mucho que preguntarme:

• ¿En verdad logramos que los medios se democratizaran?
• ¿Por qué cómo audiencias aparentemente no nos importan nuestros derechos?
• ¿Por qué como medios de información no somos transparentes y les decimos a nuestros lectores, escuchas o televidentes que la noticia que acaban de consumir es un boletín que a fuerza tuvo que ser publicado por los convenios publicitarios -pagados en su mayoría con nuestros impuestos- que existen entre “el patrón” y las autoridades?

Se viene 2018, ahora los medios digitales están con más fuerza, sin embargo debemos estar alerta de los sitios de noticias falsas, ya que además de que están lucrando con la desinformación, algunos generan pánico entre algún sector de la población.

Desde ahora tenemos que volver a reflexionar sobre lo que ha pasado en el último lustro, debemos acompañarnos como ciudadanos, y en este caso también como audiencias, siendo responsables con lo que consumimos y compartimos.

Continuemos gritando Yo Soy 132, para recordar que desde nuestros espacios podemos seguir dando la batalla y que el internet puede ayudar a (re)construir todo desde lo glocal.

Nos leemos luego, nos vemos después.