Activistas feministas han denunciado la falta de perspectiva de género en los medios de comunicación al informar sobre el presunto feminicidio de Monserrat, en la junta auxiliar de La Resurrección.
STAFF MANATÍ | @ManatiMX
Con información de Guadalupe Juárez
La familia de Monserrat, una mujer de 38 años, madre de cinco hijas y abuela de cinco menores, pidió ayuda a la Policía Municipal de Puebla para localizarla el 2 de julio pasado. Lo hicieron alertados por una presunta confesión de Álvaro N., su pareja sentimental, quien había llamado a las hijas de Monserrat para decirles que la había asesinado.
Ese mismo día, según la Fiscalía de Puebla, la policía encontró a Álvaro en una barranca de la junta auxiliar de La Resurrección, la zona en donde vivían, mientras enterraba bolsas negras con restos humanos en su interior.
Álvaro N. fue detenido y vinculado a proceso por el delito de infracciones a las leyes sobre inhumaciones y exhumaciones, pero no por el delito de feminicidio. Las autoridades se encuentran realizando análisis de genética de los restos que intentó ocultar, con el fin de identificarlos técnica y científicamente.
El 4 de julio la familia de Monserrat comenzó a exigir justicia en redes sociales, tras denunciar que el Ministerio Público encargado de la investigación les había dicho que no existían pruebas suficientes para que Álvaro siguiera en prisión. Aún pese a la presunta confesión que días antes había realizado a las hijas de Monserrat.
A diferencia de la versión de la Fiscalía General del Estado (FGE), la familia asegura que fueron las hijas de Monserrat quienes encontraron a Álvaro con parte de los restos humanos en su propia casa, la vivienda que compartían todos en La Resurrección.
La familia también ha dicho a la prensa que Monserrat era víctima de violencia familiar por parte de Álvaro, con quien había contraído matrimonio un año atrás. Y algunos de los supuestos detalles sobre la llamada telefónica entre Álvaro y las hijas de Monserrat también fueron publicadas en los medios.
Pero la cobertura periodística ha sido criticada por activistas feministas debido a que incluye detalles que alientan el morbo y revictimizan a Monserrat y a su familia. Parte de este sensacionalismo ha quedado expreso en el apodo que la prensa creó para Álvaro, al que llaman ‘El caníbal de la Resurrección’, aunque el fiscal general Gilberto Higuera Bernal asegura que no hay indicios de canibalismo en el caso.
De acuerdo con un informe publicado en 2021 por el Observatorio de Violencia de Género en Medios de Comunicación (Ovigem), los medios de comunicación en Puebla que dan cobertura a los feminicidios casi nunca incluyen información suficiente para comprender que estos crímenes son un problema social.
El informe documentó que en las notas sobre feminicidios los crímenes suelen ser farandulizados, contienen violencia explícita o reducen el feminicidio de distintas formas.