Por Carlos Pérez / @ShagGol
Ser jugador profesional no sólo es un término para las personas que reciben un sueldo por hacer alguna actividad en un ambiente real como encestar un balón en una canasta. Actualmente también están los que en un mundo virtual pueden controlar a Messi para llevarse a todos y ganar los torneos del FIFA o los que enfundados como el Capitán John Price se convierten en el mejor francotirador del mundo.
El poblano José Antonio Forcelledo o como lo conocen en la comunidad gamer: Sniper-Forc, es uno de estos últimos. Desde hace siete años comenzó su carrera como profesional cuando se inscribió a su primer torneo. En ese entonces fue de los que se encontraban dentro de Call of Duty Modern Warfare 3 donde ganó y recibió 250 dólares (alrededor de dos mil 885 pesos, según el tipo de cambio en 2011).
A partir de ahí, Antonio se dedicó a jugar en competencias online con gente de Estados Unidos porque en México el movimiento gamer aún era desconocido. En un principio competía en equipos “pero en un grupo de amigos dependes de los demás y no de tu habilidad”, comenta Sniper-Forc, así que empezó a participar en modalidad Free For All (todos contra todos) de la Major League Gaming (MLG), una especie de Ligas Mayores como en el beisbol o futbol, pero de los videojuegos.
Dos años después, en 2013, llegó a estar en el segundo mundial del ranking de posiciones, por lo que lo invitaron a participar en su primer certamen presencial en Las Vegas pero no pudo ganar, se quedó con el segundo puesto.
Por cuatro años dejó de jugar de forma profesional, pero en 2017 cuando lanzaron Call of Duty World War II, recibió una nueva invitación, ahora de Activision, para participar en el torneo mundial que se realizaría en Suecia.
“Por cuestiones de tiempo no pude volar a Suecia, así que me pidieron que tuviera enlaces del torneo y que me grabara jugando, que fuera como si estuviera en vivo. Cumplí con todos los requisitos que me pidieron y quedé en primer lugar mundial”.
Después de superar a cerca de siete millones de jugadores en todo el mundo, Activision lo comenzó a patrocinar y le dio un contrato por cinco años para recibir una paga mensual de 18 mil pesos, casi el doble del salario de un trabajador poblano promedio, según datos de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social al cierre de 2017.
Para mantener ese contrato, Sniper-Forc debe grabarse mientras juega y subir sus videos en una plataforma de streaming de videojuegos como Twitch. Durante una de esas sesiones hasta siete millones de personas se conectan en el canal de Activision para observar sus movimientos.
Al mes debe acumular 120 horas jugando Call of Duty, un promedio de cuatro horas diarias, aunque en una ocasión llegó a jugar hasta 27 horas seguidas, “fue porque salió una expansión y Activision me pidió que jugara lo más que pudiera abarcar de la expansión. Me piqué y la verdad ni las sentí”.
Como en las actividades de alto rendimiento, su patrocinador le pide mostrar un nivel elevado de su juego, así que al igual que los deportistas profesionales, Antonio debe entrenar, prepararse y llevar una vida saludable.
“Se recomienda que antes de la hora que vayas a grabarte debes tener una hora de práctica. Los primeros 15 minutos de la sesión debes ver si estás en condiciones para demostrar un nivel alto. […] También juego futbol, ando en bicicleta casi diario y tomo bebidas energizantes”.
Junto a su alter ego de los videojuegos, Antonio trabaja en una fábrica textil de su padre, es dueño de una cafetería en Puebla y alista los detalles de su boda. Mientras que Sniper-Forc se prepara para ir a Las Vegas, al torneo de MLG, a refrendar ese primer lugar que consiguió el año pasado.
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