IVÁN JUÁREZ | @CCSJPuebla
Muchas gracias a las y los seguidores de esta columna y a quienes nos brindan el espacio para publicarla. Iniciamos ya el 2020 con muchos temas por compartir y sobre todo con el compromiso de seguir trabajando por la recuperar la paz en nuestro Estado desde los esfuerzos del Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia del Estado de Puebla.
Uno de los temas más sensibles en nuestra entidad en el recrudecimiento de la violencia contra las mujeres, sus consecuencias son lamentables y cada día nos dañan más como sociedad.
Una y otra vez hemos reiterado que el Feminicidio es el máximo nivel de violencia del que somos testigos, pero hay muchas más expresiones que vulneran la integridad y derechos de nuestras madres, hermanas, hijas y conocidas.
En 2015 el estado de Puebla ocupó el lugar 16 a nivel nacional por este delito. Con registros del Sistema Nacional de Seguridad Pública, hasta noviembre pasado pasamos a ser la quinta posición cerrando el 2019 con 56 carpetas de investigación (CDI) de las 890 registradas en todo el país, es decir, el 6.2% del total nacional. Cada día 10 mujeres son asesinadas en México.
Organizaciones, gobiernos e iniciativas ciudadanas han encontrado en las tecnologías de la información un espacio para desarrollar aplicaciones móviles que ofrecen distintas opciones de seguridad, acompañamiento e información a las mujeres durante sus distintas actividades a lo largo del día y desde luego en la noche contribuyendo a aminorar situaciones de riesgo.
Recientemente se dio a conocer que la aplicación Mujer Segura tuvo un incremento sustancial en su registro de usuarias pasando de 700 a 14 mil 151 a diciembre de 2019. Esta herramienta permite reportar emergencias al 911 y denuncias anónimas al 089; botón de pánico para enviar una alerta al C5; monitoreo durante tu ruta para reportar cualquier desvío; entre otras funciones. Desde luego invitamos a descargarla sin costo alguno (se encuentra disponible en Android e IOS), conocerla y usarla en caso de ser necesario.
En noviembre de 2019 la organización Social TIC, promotora del uso de la tecnología digital para el cambio social, presentó el Mapeo y análisis de apps de monitoreo y seguridad para mujeres, informe que presentó el resultado del análisis a 13 distintas aplicaciones de monitoreo y seguridad en tres aspectos: las condiciones y limitaciones sobre el uso, información que se genera durante el uso y la funcionalidad que tiene para notificar situaciones de riesgo y la respuesta recibida.
Al hacer uso de estas aplicaciones las usuarias tendrán que dar ciertos permisos sobre su dispositivo, generar un perfil y obtener ciertas funcionalidades. Hablemos de ello.
La mayoría de estas apps no son invasivas ni solicitan permisos incongruentes con su funcionalidad, pese a mantener una línea de respeto y privacidad hay un elemento imprescindible para el funcionamiento: la geolocalización, como elemento que permite ubicar el sitio del llamado de auxilio o dar acompañamiento durante una ruta.
Esta muestra permite determinar que los perfiles que piden ser creados para validarse como usuaria demanda información esencial como nombre, teléfono y alguna contraseña, no más allá. Las aplicaciones más descargas son las de tipo freemiun, que tiene ciertas funciones de acceso libre y otras tantas que están disponibles a partir de un pago, estando más asociadas con el monitoreo y acompañamiento que con la función de botón de pánico.
Sobre la funcionalidad, la mayoría funciona acorde a su descripción, pero no necesariamente se tiene certeza sobre la seguridad en su tecnología ni como se salvaguarda el envío de información.
Las apps no desarrolladas por gobiernos difícilmente establecer canales para comunicar las alertas a las autoridades. Un elemento importante es que es necesario contar con datos móviles, batería cargada y equipo en buenas condiciones para un óptimo funcionamiento en muchos casos, poniendo en desventaja a las usuarias que por alguna razón no cuenten con esa posibilidad de conectividad al momento.
Es muy recomendable que las usuarias prueben y resuelvan todas sus dudas mediante los medios de contacto del desarrollador o con experiencias compartidas por otras usuarias.
Finalmente, el estudio arroja importantes recomendaciones para futuros desarrollos en este campo. En primer lugar, colaborar con las comunidades de usuarias para implementar mejoras a partir de necesidades específicas, ubicar situaciones de riesgo e incorporar protocolos para atender dichas situaciones. Mantener el código abierto para probar, revisar, adaptar y mejorar a partir de la asociación con organizaciones, comunidades e instituciones. Una muy importante es la procuración y mantenimiento de relaciones con redes de apoyo y mecanismos de seguridad locales.
Queda a todas y todos informar la necesidad, por ahora, de contar con una opción digital que permita a las mujeres, jóvenes y niñas comunicarse ante cualquier situación peligrosa.
Muchas de nuestras aplicaciones permiten compartir ubicaciones en tiempo real e incluso los dispositivos mismos cuentan con botones de emergencia, no cuesta nada averiguar sobre su activación y uso. Hagamos uso de estas alternativas.
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