La metamorfosis de la educación, que era necesaria desde antes del COVID-19, se debe hacer desde la innovación educativa y no por medio de una reforma.
ROCÍO RAMÍREZ MENA | @rocio.rm99
La pandemia del COVID-19 ha dejado marca en todo el mundo, especialmente en la educación mostrando nuevo retos, deficiencias, desafíos, desigualdades y diversos procesos que están generando un cambio. Pero este cambio se debe abordar ¿desde la innovación educativa o desde una reforma? El cambio siempre va a representar algo incómodo pues debemos probar diversas teorías, herramientas y estrategias para conseguir una estabilidad que beneficie a todo el sistema educativo.
El objetivo de este artículo es ofrecer una visión sobre la importancia del cambio educativo en nuestro sistema educativo estatal, con la finalidad de ofrecer una respuesta reflexiva y argumentada. Se contextualizará la educación de nivel primaria en el estado de Puebla, misma que nos servirá para comprender su distribución e impacto en la región, y con esto comenzar a desarrollar la respuesta a la pregunta guía; asimismo, se realizaran una serie de propuestas con una visión a la educación post-pandemia.
El pasado 23 de marzo, la Secretaría de Educación Pública estableció la suspensión de labores en modalidad presencial dentro de las escuelas y universidades, con la finalidad de contribuir al resguardo preventivo por el COVID-19. Esto, representó un cambio importante, formando un parteaguas en la forma en la que estábamos acostumbrados a aprender, pues el principal motor de la educación ha sido la escuela como infraestructura, por lo que el espacio escolar, así como las interacciones que existen fueron pensadas y diseñadas para la modalidad presencial; al cambiar de modalidad surgen nuevos retos y desafíos que hoy por hoy nos muestran la necesidad de generar un cambio educativo. Pero este cambio educativo que se va a presentar después de la pandemia ¿se debe hacer desde la innovación o desde la reforma educativa?
A continuación, se presentarán diversos textos teóricos y documentos oficiales, producto de la investigación documental complementaria, con la finalidad de contribuir a brindar una respuesta reflexiva y argumentada a la pregunta guía.
El cambio educativo es inevitable, la curva de aprendizaje se ha visto fuertemente afectada, sobre todo en el nivel de educación básica. De acuerdo con Ibarrola y Zorrilla “al cerrar el espacio escolar, la pandemia le pega en seco al sistema educativo nacional, pero en particular a la educación básica” (2020) pues la práctica del derecho, para obtener una educación de calidad se ve fuertemente afectada y sesgada, ya que las modalidades virtuales o a distancia se encontraban establecidas en el nivel de educación media superior y superior; marcando una gran diferencia entre niñas, niños y adolescentes. Sin embargo, la movilidad de las instituciones de educación básica (preescolares, primarias y secundarias) fue impresionante, así como la labor de los docentes y directivos la cual describiría como heroica, pues hicieron lo posible para cerrar el ciclo escolar y comenzar uno nuevo desde un entorno completamente diferente.
Tomando esto en cuenta, así como la frustración en los estudiantes, docentes y directivos; la dificultad para adaptar el espacio de casa y dedicarlo a actividades escolares, aunado al reto de adecuar el programa educativo a una modalidad a distancia, surge la necesidad de pensar en alternativas y soluciones que beneficien y contribuyan a un cambio educativo en Puebla.
Para contextualizarnos, dentro del programa sectorial de educación se establece que, en Puebla existe un total de 15,033 escuelas de las cuales 4,650 pertenecen al nivel primaria, y solo 871 se encuentran en la zona metropolitana del estado. A este nivel pertenecen 715,186 alumnos y 28,927 docentes, dentro de todo el estado.
En el área metropolitana, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y del Sistema Nacional de Estadística Educativa ciclo 2018-2019, el porcentaje de reprobación en nivel primaria es de 0.4%, la eficiencia terminal (es decir quienes completan el nivel) corresponde a un 99.9% mientras que la deserción tiene un porcentaje de 4.7% dentro del mismo nivel. De acuerdo con datos del INEGI solo el 30% de los hogares en Puebla cuenta con acceso a Internet.
Es preciso identificar herramientas que nos permitan cubrir las necesidades que requiere el nivel de primaria, el cual de acuerdo con el art. 27 de la ley estatal de educación “tiene carácter formativo y su objeto es fortalecer el desarrollo integral y armónico del educando, fortalecer su identidad individual y su integración plena a su familia, a la escuela y a la comunidad […]” es por esto por lo que es de suma importancia comenzar a generar propuestas y estrategias que nos encaminen al cambio educativo.
Este cambio, el cual es necesario desde hace bastante tiempo, se debe hacer desde la innovación educativa y no por medio de una reforma. Una reforma educativa, además de ser un proceso largo y burocrático, dejaría de lado esas experiencias personales que se vivieron dentro de las escuelas, provocando que las adaptaciones o adecuaciones que se hicieron terminaran aplicándose de manera individual; aunado a que la educación continuaría siendo politizada, como ahora se vive.
Las nuevas estrategias de enseñanza-aprendizaje, así como las técnicas y herramientas empleadas, deben ser propuestas por los docentes y estudiantes (los cuales representan un porcentaje alto dentro del sistema educativo poblano), quienes enfrentaron los retos ocasionados por el confinamiento, probando diversas técnicas y plataformas, adecuando estas estrategias de enseñanza y aprendizaje, así como de comunicación, a las realidades que enfrentaban. Los cambios realizados debido a la innovación tendrán, a mi parecer, la información necesaria para adecuar los planes de estudio a una modalidad hibrida.
De acuerdo con la Encuesta Nacional a Docentes ante el COVID-19: retos para la educación a distancia realizada por Baptista Lucio (et.al.) se muestra que en el centro del país (locación geográfica a la que pertenece Puebla) las herramientas más utilizadas son páginas web educativas, plataformas de capacitación, radio y televisión.
En el nivel primaria las herramientas digitales más utilizadas son la página web educativa y la televisión; mientras que las herramientas no digitales que se utilizan, para el aprendizaje a distancia más utilizadas son: las guías de estudio seguidas por fotocopias. Estos datos, junto con las futuras investigaciones sobre las técnicas y elementos utilizados en el estado, podremos hacer propuestas y compartir técnicas que permitan cumplir con el derecho a la educación.
De igual forma se han abierto diversos foros y espacios, en los que tanto directivos como docentes pueden compartir sus experiencias, las herramientas que les funcionan, así como técnicas que pueden implementar con sus grupos en el día a día. Dichas actividades han sido realizadas tanto por instituciones de educación básica, como por los de media superior y superior; sin embargo, a mi parecer, es necesario que esos espacios no se limiten solamente por niveles, sino que se puedan compartir entre todo el sistema educativo.
Asimismo, me parece de suma importancia involucrar a la universidades, las cuales fungen como principales pilares para la transformación y formación social, en la capacitación de docentes (desde habilidades y contenidos), ya sea desde la educación continua, así como en espacios o foros, de manera accesible y efectiva.
Por otra parte, es igualmente importante establecer a la educación como un servicio público, pues la gratuidad de la educación se ha ido acotando (Ortiz, 2020) ya que en la realidad educativa que enfrentamos dentro de la pandemia, se han visto las desigualdades y carencias que el sistema educativo poblano no cubre, como productos escolares no incluidos en las listas. Por ejemplo, impresiones o fotocopias del material de clase, recursos para realizar material didáctico, entre otras, los cuales tienen un costo extra semana por semana; mostrando una falta de empatía hacia las necesidades económicas (costo de internet y saldos de datos telefónicos) de las familias.
Por lo tanto, va a ser necesario el financiamiento de equipos, herramientas, material y desde luego, la cobertura de internet en el estado, lo cual aumentará el aprovechamiento y será medible a través de las 4 A planteadas dentro de la ley, pues con los indicadores propuestos bajo las cuatro dimensiones, se podrán analizar áreas de oportunidad y resultados de lo ya implementado.
En definitiva, la educación post COVID va a cambiar, y con ella los procesos educativos. Asimismo, me parece pertinente comenzar a pensar una nueva corriente pedagógica, que involucre los aprendizajes obtenidos por el confinamiento, mismos que cambiarán la concepción que teníamos de la escuela; que tome en cuenta una forma diferente de evaluación, la cual transite de una cuantitativa a una cualitativa, en la cual se califique más la comprensión, el razonamiento y la aplicación de los contenidos.
También va a ser imprescindible el cambio de la formación docente, pues no podemos continuar con una preparación que solamente toma en cuenta una modalidad, y como consecuencia la práctica docente se verá afectada.
Este cambio es inexcusable, ya somos conscientes de las deficiencias que tenemos y de los retos que vamos a enfrentar (como la deserción escolar, el rezago educativo, los problemas económicos, así como la nueva forma de socialización, entre muchas más) y lo importante es saber cómo podemos poner de nuestra parte para que este cambio muestre resultados que beneficien a todos.